Mertens ya se veía celebrando el primer tanto de su equipo en la edición de la Champions. Y no sólo él, cualquiera que viese la jugada se quedaría asombrado con la reacción de Adrián.
El portero español tiró de dos normas básicas para los porteros: la primera, nunca perder la fe. La segunda, hacerse lo más grande posible para tapar un balón a media altura.
Eso fue lo que hizo Adrián. El meta del Liverpool se lanzó pegado al palo con los brazos lo más abiertos posibles, pero tuvo que reaccionar con la derecha para completar la mejor parada, de momento, de la Champions.