El partido que cambió para siempre la historia del Eintracht

Sergio Álvarez hace 5 años 1.4k
El Eintracht de la 1991-92 ya es historia en Alemania.

En la temporada 1991-92, los alemanes estuvieron a punto de ganar su segunda Bundesliga. Sólo tenían que ganar en la última jornada a un Hansa Rostock que se jugaba no descender, pero entones ocurrió lo inesperado.

Tal vez los más jóvenes piensen que el cuento de hadas del Eintracht de Frankfurt, con la reciente victoria en la DFB Pokal ante el Bayern de Múnich, sea una historia de superación más de un modesto equipo europeo.

Sin embargo, el trofeo copero ganado en la 2017-18 es más el pago de una deuda que la historia mantenía con los de Frankfurt desde la temporada 1991-92.

Aquel año, el Eintracht de Frankfurt se quedó a un paso de alzarse con su segunda Bundesliga tras batallar durante todo el campeonato con Borussia Dortmund y Stuttgart, que fue quien finalmente se llevó el gato al agua en la última jornada.

Los dirigidos por Dragoslav Stepanovic practicaron el mejor fútbol ofensivo de largo y fueron el conjunto que más tantos anotó y el que menos partidos perdió, pero se quedaron a un triunfo de un título que hubiera hecho justicia a su desempeño.

Lo de aquella campaña 1991-92 no era flor de un día. El Eintracht de Frankfurt había ganado la Copa sólo cuatro temporadas antes y era un habitual de la zona alta de la Bundesliga, donde a menudo estaba por encima de Borussia o Bayern.

En los años 50, incluso, los de Frankfurt habían llegado a plantarse en una final de la Copa de Europa, que perdieron en uno de los mejores partidos que se recuerdan por 3-7 ante el Real Madrid.

Y en la temporada 1979-80, el Eintracht había ganado una Copa de la UEFA que había estado marcada por el extraordinario dominio del fútbol alemán, que colocó a los cuatro semifinalistas en aquella edición.

Una Bundesliga en deuda

De vuelta a aquel curso 1991-92, los dirigidos por Dragoslav Stepanovic se habían colocado a un paso del título a dos jornadas del final. Estaban empatados a puntos con el Stuttgart y sólo tenían que repetir los resultados de su rival para ganar la Bundesliga.

En la penúltima jornada llegó el primer revés. A pesar de que el Werder Bremen acababa de proclamarse campeón de la Recopa y llegaba tras varios días de celebraciones, el Eintracht fue incapaz de imponerse en casa (2-2).

Por suerte para los de Frankfurt, el Stuttgart también había sido incapaz de ganar en casa al Wattenscheid 09 y la única diferencia de cara a la última jornada era que el Borussia Dortmund, que había derrotado al Bayer Leverkusen por 3-1, se había meteido en la pomada.

Con todo, el Eintracht de Frankfurt sólo tenía que imponerse en su visita al Hansa Rostock, que aún tenía alguna oportunidad de salvarse del descenso, pero estaba casi desahuciado.

Con miles de aficionados en el Ostseestadion, el Eintracht pronto se encontró con dificultades. A pesar de una presión asfixiante, los de Stepanovic se mostraban incapaces de inaugurar el marcador. Al contrario, el Hansa Rostock se puso en ventaja en una acción aislada en la segunda mitad para complicar aún más las cosas, aunque el Eintracht empató rápido por mediación de Axel Kruse.

Llegó entonces la acción que cambió para siempre la historia de los de Frankfurt. Tony Yeboah cedió el balón a Ralf Weber, que cayó en el área ante una entrada de Stefan Böger. Penalti clarísimo que Alfons Berg decidió no señalar y que hundió a un Eintracht que ya no fue capaz en el último cuarto de hora de anotar el 1-2.

La acción fue tan clara que hizo perder la cabeza a Ralf Weber, un completo futbolista que incluso llegaría a disputar varios partidos con la Selección Alemana un par de años después. Sus compañeros tuvieron que evitar que pegara al árbitro del partido durante y a la conclusión del choque y hasta rompería una televisión por la frustración cuando el partido ya había finalizado.

El Hansa Rostock, que pese al triunfo descendió, hizo el 2-1 en un contragolpe en el 92' y el Stuttgart se proclamaba campeón, pegando un golpe duro a un Eintracht que tardaría casi un cuarto de siglo en recuperarse. Por eso, la DFB Pokal alzada ante el Bayern de Múnich en 2018 cobró tanta importancia para un equipo llamado a estar entre los grandes de Europa y que tuvo que vivir una larga travesía por el desierto por un error arbitral que aún casi 30 años después duele.

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