En Italia hace tiempo que un chico de Corea del Norte, Han Kwang-song, está dando que hablar. Cedido en el Perugia, el delantero es uno de los objetivos de la Juve, que de pagar un traspaso podría estar financiando -sin pretenderlo- al régimen de Kim Jong-un.
En Corea del Norte tienen pocos motivos para soñar. La palabra esperanza no aparece en los diccionarios de los ciudadanos norcoreanos, que viven sometidos desde hace décadas por una abominable dictadura. Pocos son los que consiguen escapar del yugo y triunfar, soñar y vivir lejos de Kim Jong-un.
Nuestro protagonista, Han Kwang-song, puede dar fe de que la quimera también se convierte en realidad. El delantero del Perugia se fue de Corea del Norte con apenas 13 años. Quería vivir del fútbol y se marchó a Barcelona, a la Fundación Marcet, en la que creció y maduró.
El Cagliari le echó el ojo y pasó de un plumazo a la Serie A, convirtiéndose en el primer norcoreano en marcar en dicha división. Poco a poco, Han Kwang-song dejó atrás su pasado y se centró en un gran presente, en un alentador futuro. La Juve, siempre ágil, espera tras la esquina.
Porque la 'Vecchia Signora' pretende firmar al ariete cedido en el Perugia, que suma este año siete goles en 17 partidos. Lo que quizá no sepan en la Juve es que, de firmar al norcoreano, parte del dinero de su próxima ficha iría a parar a las manos del dictador Kim Jong-un.
El futbolista tiene prohibido aparecer en televisión. Recientemente, una entrevista programada en la 'RAI' se cayó a última hora por una llamada desde el gobierno norcoreano. A Kim Jong-un no le gusta que ningún ciudadano de su país se muestre públicamente.
De lo que no se olvida el dictador es de sacar partido a los norcoreanos que viven en el extranjero. Parte de sus nóminas van a parar a Corea del Norte, que consigue así intercambiar divisas extranjeras. Un gran negocio que sería aún mayor si nuestro protagonista se marcha a la Juve, ya que aumentaría sus emolumentos y, por tanto, la financiación al líder de Corea del Norte. Difícil tesitura para uno de los grandes de Europa.