James Rodríguez ha puesto patas arriba el partido en Goodison Park. El colombiano remontó el partido con su gol al filo del descanso, y lo acabó de poner a favor de los 'toffees' con la agresión sufrida por parte Kieran Gibbs, la cual le costó la roja al carrilero de los 'baggies'.
Tenía de cara el partido el WBA, pero los 'baggies' se han deshecho como un azucarillo en el té de las cinco de la tarde. Hizo el gol que puso por delante al Everton y, además, el sacó una merecida roja a Gibbs.
Todo ocurrió en un abrir y cerrar de ojos al filo del descanso. El Everton, que llegó a ir perdiendo por el madrugador gol de Diangana, igualado un cuarto de hora más tarde por Calvert-Lewin, se puso el mono de trabajo.
James enmendó su error en el 0-1, cuando un mal pase suyo para André Gomes acabó en la contra del WBA y el gol de Diangana. El colombiano ha asumido pronto los galones.
Tiró del carro y, en el 45', anotó el gol de la remontada, un gol que hubiera hecho enloquecer a Goodison Park de no estarse jugando este partido a puerta cerrada.
Pero hubo más. Porque en la siguiente jugada, tras el saque de centro, volvió a ser determinante en una acción que sin duda marcará el segundo tiempo. Porque fue quien provocó la expulsión de Kieran Gibbs. Y, de paso, de Slaven Bilic por sus protestas.
El carrilero inglés le soltó un manotazo sin balón y sin venir a cuento a la estrella colombiana, y el colegiado ni lo dudó. Roja directa y a casa a meditar sobre lo sucedido. El VAR ni se molestó en intervenir de lo claro que fue.
Y, aunque en el segundo tiempo el WBA amenazó con dar batalla al Everton con el empate a dos, obra de Matheus Pereira, con un magistral libre directo, el encuentro acabó en paliza de los 'toffees'.
James insistió en ser protagonista, y firmó un segundo tiempo memorable asistencia para el quinto gol del Everton inclusive. Tienen los seguidores del conjunto azul de Merseyside motivos para soñar.