En el guion no había tanto sufrimiento, pero la práctica fue diferente de la teoría. En Turquía salió vivo el Sevilla de una tormenta porque el Akhisar fue como una lluvia torrencial en la segunda parte. Banega le dio los tres puntos al equipo andaluz desde el punto de penalti.
Con el contundente 6-0 en lo que fue un paseo por el Sánchez Pizjuán en el partido de ida, el Sevilla visitó a un Akhisar diferente, más correoso y con un ánimo infinito de conseguir arañar un punto que sirviera para continuar creyendo en la clasificación.
No entraba en los planes de Machín el terminar pidiendo la hora o perdiendo tiempo a un metro del córner, pero en esto del fútbol todo es posible. Del 6-0 tranquilizador al 2-2 pasando por un 0-2 que el Sevilla no logró mantener en la segunda parte. El Akhisar cayó de rodillas y el Sevilla sufrió como no esperaba.
La pizarra de Machín salió a la luz en la primera jugada. Escudero se la puso a Aleix Vidal desde el córner y el defensa se coló por detrás, pero el control se le fue demasiado largo. Fue el prólogo a una primera parte de dominio andaluz.
Con la volea de Escudero, el Sevilla metió una marcha más y arrinconó al conjunto turco. Las embestidas se transformaron en el primer gol con una jugada de Muriel, que atrajo todas las miradas de la defensa hasta dar un pase mortífero a Nolito, que solo tuvo que ponerla a un lado de Lukac.
El Akhisar se replegó y quiso salir a la contra, pero sus arreones fueron insuficientes. El Sevilla mandaba a sus anchas y Promes y Franco Vázquez asedieron a un Lukac que tuvo más trabajo de la cuenta. El jarro de agua fría se rompió con un uno dos de Promes y un posterior remate en solitario de Muriel. Un 0-2 para irse a la caseta con calma.
Pero la segunda parte fue turca. Ocurrió de todo en un segundo compás que tuvo ritmo y que se llevó el que más acierto tuvo o el que menos errores cometió. Con un desbarajuste defensivo y la potencia de Manu llegó el 1-2 con un volea ante la que nada pudo hacer Vaclik. El Akhisar se lo creyó y peleó hasta conseguir el objetivo.
Sergi Gómez fue expulsado por doble amarilla al cometer un penalti que Vural mandó al poste en un error que se terminó pagando. Ayik le puso la soga al cuello al Sevilla con un cabezazo porque el conjunto andaluz bajó demasiado las revoluciones.
A Miguel Lopes, que ya estuvo en LaLiga, se lo llevó la presión. Derribó a Franco Vázquez en el área y Banega no falló para hacer que el Sevilla viera la luz después de la tormenta y se colocara líder de su grupo.