Llegó la primera derrota de la 'era Mourinho' y tuvo que ser en Old Trafford y a manos de Marcus Rashford. Una exhibición con doblete del delantero selló un triunfo fundamental que permite a Solskjaer y su Manchester United volver a respirar.
Volvía José Mourinho a Old Trafford entre aplausos. Pese a sus maneras al poco de salir, la afición del United le guarda aprecio. Con gesto serio ingresó al campo... y con gesto serio se fue, porque delante se encontró con alguien que quizá no guardaba tan buen recuerdo.
Marcus Rashford fue un auténtico torrente de fútbol, inabarcable para el Tottenham. El inglés estuvo muy cerca de salir durante la etapa con José Mourinho y a su regreso al coliseo 'red devil', el portugués se encontró con un futbolista capaz de capitanear a un gigante en horas bajas.
El delantero llevó la inciativa siempre. De sus botas llegó el triunfo que se abría con un auténtico vendaval en la primera mitad; media hora en la que el Tottenham no supo dónde estaba. Los 'spurs' salieron a verlas venir y los de Ole Gunnar Solskjaer se apoyaron en el hambre atroz de Marcus Rashford.
A los siete minutos, el delantero se sacó un latigazo dentro del área que botó en las narices de Gazzaniga y entró por el palo corto. Fue así como se inició un asedio con Rashford de protagonista y Lingard de actor secundario.
El '10' estrelló un disparo endiablado en el larguero y el '14' obligó a emplearse a fondo al argentino, pero Mourinho siempre tiene un as debajo de la manga. En su caso, el renacido Dele Alli, quien empató sobre el descanso el partido con otra de sus genialidades.
A veces, con un buen control basta, pero el ex del Milton Keynes los sabe hacer con una elegancia que ojalá exhibiera con más asiduidad. Dele bajó del cielo un rechace de De Gea con el que se zafó entre dos en el área pequeña y enfiló la portería. Suficiente para igualar.
Ocurre que Rashford tenía respuesta para todo. Nada más arrancar el segundo tiempo, el internacional británico se marchó de Sissoko y el francés lo derribó con una zancadilla desde atrás dentro del área. Penalti y gol, porque el capitán no se puso en absoluto nervioso y engañó a Gazzaniga.
Mou buscó alternativas. Sacó a Eriksen, sacó a Ndombele por un Winks con molestias, pero nada cambió. Solo Son sacaba algo de fuerzas para responder a base de algún chispazo que no llegaba a encender la llama.
Le bastó al United con gestionar el encuentro y soportar un chaparrón final donde De Gea atrapó con seguridad el único disparo que podía llevar veneno. Sonrió al fin Solskjaer, celebró Rashford enrabietado. Cayó por primera vez Mourinho y los 'red devils' se volvieron a acercar a Europa.