El United no está para homenajes, Wayne
El Manchester United goleó a un Everton que resistió hasta el minuto 80. Lluvia de goles en los últimos diez minutos y victoria importante de un United que sigue la estela del City.
El día que Wayne Rooney volvió al que fuera su hogar durante 13 años el Everton no pudo regalarle una segunda alegría. La primera fue el caloroso recibimiento del público.
Con el pitido inicial, se acabaron las fiestas, los homenajes y los tributos. El balón rodó y el United puso la directa hacia la victoria. Valencia confirmó pronto la superioridad del United con un golazo de volea.
El United es un equipo cuyo veneno se funde con la sangre lentamente. Tras el arrebato inicial, esperó, esperó, esperó y los tres zarpazos finales llegaron en los minutos 84, 90 y 92.
Hasta entonces, el Everton de Koeman compitió con más corazón que orden o brillo. Rooney, un islote en mitad del océano, aguardó a que le cayera un balón del cielo.
Pese a su solitaria posición, Rooney contó con opciones para lograr su gol ante el equipo en el que se hizo leyenda. Sus ganas pudieron más que su físico o acierto. No es el Wayne que aspiró alguna vez a tiranizar en Europa.
En el correcalles, el United suele ser el más listo del patio e hizo pagarle al Everton sus errores. No marcó Rooney, no lo hizo Sigurdsson y sí el United. Mala salida, robo, pase de Lukaku a Mikhitaryan y gol. Resistencia rota.
El belga se cobró su particular venganza en una jugada a balón parado pésimamente defendida por los 'toffees'. Lukaku se echó la mano a la oreja. Aquí estoy yo, quiso decir.
Martial, de penati en el descuento, empaquetó los tres puntos para un United que acompaña a sus vecinos del City en cabeza. El Everton, cuyos fichajes ilusionaron, cae al descenso. El homenaje fue para el United, no para el bueno de Wayne.