Los de Calleja encontraron premio ante Las Palmas, que se se deshizo después de que Bakambu situara el 1-0 nada más iniciarse la segunda mitad. Mario Gaspar, Ximo -en propia puerta- y Sansone corroboraron la quinta derrota consecutiva de los hombres de Ayestarán.
En el Estadio de la Cerámica se confirmó que los cambios, por necesarios que sean, no tienen por qué ser productivos. Villarreal y Las Palmas cambiaron de técnico a la par, buscando una reacción que sólo ha llegado de un bando, el de un Villarreal que sigue creciendo en resultados y confianza de la mano de un Bakambu insaciable.
No fue un mal encuentro de Las Palmas, quizá no mereció un disgusto de este calibre, pero el equipo de Ayestarán tiene un esqueleto frágil que se viene abajo tras el primer golpe al mentón. Lógico teniendo en cuenta que son ya 12 los goles recibidos en los últimos tres encuentros.
Todo lo contrario que un Villarreal al alza, henchido de moral y que continúa recordando que tiene, posiblemente, los mejores mimbres de su historia. Iniciaron los castellonenses el encuentro por todo lo alto, acumulando ocasiones en unos primeros 15 minutos de un gran nivel.
Las Palmas reaccionó, comandada por un Viera muy por encima del nivel del resto del equipo. Tuvo Rémy un par de ellas, pero la falta de puntería del ex del Chelsea llevó al Villarreal a apretar en el tramo final del primer acto. Bakambu, a dos del descanso, envió al limbo una de esas que últimamente acaban en festejo.
Bakambu abre la debacle de Las Palmas
El congoleño no perdonó a la segunda. Minuto 48, bicicleta escandalosa a su defensor y trallazo inapelable directo a la red de Chichizola. Un golazo digno de uno de los jugadores más en forma de LaLiga. Ahí, Las Palmas empequeñeció y entregó sus miserias a su rival.
Así, un desafortunado Bacca cabeceó al larguero justo antes de que Mario Gaspar pusiera el 2-0 de un zurdazo desde fuera del área. Un par de minutos después, en el 67, Ximo Navarro coronaba la mala fortuna insular con un gol en propia puerta.
El Villarreal bajó las revoluciones, consciente de que el rival estaba ya pidiendo la cuenta en la lona. Aun así, Sansone se encontraba con el gol en la última jugada tras un servicio de Cheryshev. Campana y se acabó. El Villarreal sonrió, sumó la tercera victoria consecutiva y le mostró a Las Palmas cuál es el camino a seguir.