La primera media hora de partido entre el Nápoles y el Real Madrid en la Champions League no decepcionó. El campeón de Italia recibió a uno de los equipos más temidos en Europa y se atrevió a abrir la lata gracias a un error de Kepa en un saque de esquina, pero no tardó en encajar 2 goles que pusieron a los de Carlo Ancelotti por delante con, una vez más, una actuación crucial de Jude Bellingham.
Justo antes de los primeros 20 minutos, los 'azzurri' pusieron en movimiento un córner ante el que el guardameta 'merengue' salió de sus palos para despejar de puños. No calculó bien los tiempos de su salto, tampoco se habló con la defensa y la pelota acabó, fruto de un rechace, dando en el larguero de su meta, desde donde se convirtió en la dejada perfecta para un Leo Ostigard que remachó hacia el fondo de las mallas con la frente.
Para redondear la respuesta al primer gol del Nápoles, Bellingham, asistente en el 1-1, fue anotador en el 1-2, una jugada magistral que le llevó a irse de varios pupilos de Rudi García en fin de plantarse en una posición ideal de golpeo para batir al cancerbero contrario con la derecha. Para celebrar su tanto, acudió a las inmediaciones del banderín e hizo su característico gesto, aunque tuvo que interrumpirlo porque Rodrygo llegó por detrás para abrazarle.