Los aficionados del Groningen, enfadados con el mal presente de su equipo, saltaron al campo de juego para detener el partido ante el Cambuur por la Eredivisie. El conjunto verdiblanco se encuentra en zona de descenso directo.
La violencia ha llegado al fútbol neerlandés. El partido entre Groningen y Cambuur, correspondiente a la jornada 18 de la Eredivisie, tuvo que ser demorado por una razón que dio que hablar en todo el mundo.
Cuando el reloj marcaba los 87 minutos, un grupo de ultras del conjunto groningués saltó desde la grada al terreno de juego, con el objetivo de detener el partido y demostrar su fastidio con respecto al mal presente de su equipo.
El Cambuur se imponía por 0-1 en el marcador y condenaba al Groningen a caer a la zona de descenso directo. Los fanáticos del equipo local no aguantaron esta situación y decidieron invadir el campo.
Los ultras comenzaron a correr sobre el césped y los futbolistas de ambos equipos tuvieron que ser 'evacuados' rumbo a los vestuarios. La policía y el personal de seguridad intervinieron para expulsar a los violentos y evitar que llegaran a los protagonistas.
Lo cierto es que el partido fue suspendido momentáneamente y todavía no pudo ser reanudado con normalidad. Solo resta que se disputen algunos minutos para llegar al final del encuentro.