En el fútbol no hay nada escrito. Un día puedes estar en la cresta, acaparar todos los focos y ser uno de los grandes talentos y, años después, haber caído totalmente al olvido. Y justo esta es la historia de Sadick Adams.
Quizá ese nombre ya casi no le suene a nadie, pero en 2007 era uno de los jugadores más cotizados del mundo. Brilló en el Mundial Sub 17 con la Selección de Ghana, tenía potencia, calidad a la hora de definir y un físico absolutamente increíble para su edad.
Sus grandes actuaciones en la Copa del Mundo Sub 17 le llevaron a ocupar la primera posición de ranking anual de 'World Soccer' en 2007 que se basaba en una lista de los 50 jugadores más prometedores del mundo.
Sadick Adams aparecía en la primera posición, por encima de jugadores como Pato (3º), Gareth Bale (6º), Agüero (7º), Bojan (8º), Di María (11º), Benzema (15º), Toni Kroos (27º), Juan Mata (28º), Mesut Özil (37º) o Alexis Sánchez (42º). Todos estos, en mayor o menor medida, triunfaron, pero... ¿qué pasó con Adams?
En ese mismo 2007, el Atlético se adelantó a media Europa y se hizo con sus servicios. Un golpe sobre la mesa. Los 'colchoneros' ficharon al jugador más prometedor del mundo, que, además, se ganó el corazón de la hinchada cuando reveló en su presentación que eligió el Atlético porque Fernando Torres era su ídolo.
Pero su estrella se apagó antes de brillar por completo. Nunca llegó a debutar con el primer equipo madrileño y casi no jugó en el filial. En 2010, cuando terminó su contrato, se marchó a la Liga Serbia y desde ahí cambió ocho veces de equipo hasta ahora.
Con 27 años, Sadick Adams se gana la vida en el Türk Ocagi Chipre, equipo que milita en una división semi-profesional y que resume lo que fue su carrera. El Mundial Sub 17 fue una catapulta para él, pero tan rápido como subió a los cielos del fútbol, bajó. Ni siquiera debutó con la selección absoluta de su país. Nos quedamos sin ver al que apuntaba a ser uno de los mejores jugadores de esta generación y acabó siendo un juguete roto más.