La decisión del armenio Henrikh Mkhitaryan de no jugar con el Arsenal la final de la Europa League por disputarse esta en Bakú, capital de Azerbaiyán, ha generado una profunda decepción en la república cáspica.
La prensa local cargó con dureza contra el futbolista armenio del Arsenal. Consideran que Mkhitaryan está haciendo política de algo que debería ser meramente deportivo. Y no son los únicos.
El diario 'Marca' contactó con el secretario general de la federación de Azerbaiyán, Elkhan Mammadov, para obtener su punto de vista al respecto del incidente, y este insistió en que al futbolista se le garantizó su seguridad en Bakú.
"Tanto nosotros como la UEFA enviamos un email al Arsenal garantizando la seguridad de Mhkitaryan. Nosotros siempre separamos la política del fútbol", dijo Mammadov.
Para él, la decisión de Mkhitaryan es decepcionante. "Estamos muy decepcionados. Hemos cumplido con creces toda la seguridad que nos ha requerido la UEFA al respecto para garantizar la seguridad de Mhkitaryan", explicó.
"No hay ninguna razón para poner en duda estas garantías que provee Azerbaiyán, sobre todo porque en la última década, un enorme número de atletas armenios han participado en varios torneos internacionales celebrados en Azerbaiyán sin ningún problema", agregó.
"Espero que su ausencia no afecte a la calidad y el atractivo de este gran partido", dijo, para finazliar. Aunque lo cierto es que la ausencia de Mkhitaryan no será lo que merme el atractivo del encuentro, pues estamos ante la final más polémica de los últimos tiempos.
El embajador de Azerbaiyán en Reino Unido, Tahir Taghizadeh, también se pronunció al respecto. "La final de la Europa League es un gran evento deportivo. Si alguien la quiere convertir en un evento político es otro tema pero se le paga como deportista y no como político. Hay que dejar de lado todos los temas políticos", explicó, tal y como recoge también 'Marca'.
Las reticencias de Mkhitaryan son fruto de su visita (y apoyos) al Alto Karabaj, una región de mayoría étnica armenia, 'de iure' parte de Azerbaiyán pero independiente 'de facto'.
Aunque los ciudadanos armenios no tienen problema para entrar a Azerbaiyán, conseguir un visado habiendo estado en Nagorno-Karabaj puede ser imposible, porque Bakú considera la región como una zona militarizada (no se firmó ningún tratado de paz, sólo un alto el fuego que lleva 25 años en vigor).