El futbolista norteamericano se convirtió en 2003 en el jugador más joven en debutar en la MLS. Lo hizo con apenas 14 años, tras ser elegido como el número 1 del 'draft'. Sin embargo, su carrera no discurrió como esperaba.
El 'niño prodigio' del fútbol estadounidense se precipitó a la hora de dar el salto a Europa, o quizá nunca tuvo el nivel para jugar en el 'Viejo Contiente'.
Lo cierto es que el Benfica le fichó en 2007 por un millón y medio de euros. Parecía que los lisboetas iban a hacer el negocio del siglo, pero no funcionó.
A punto estuvo de picar el Manchester United, pero el joven futbolista estadounidense no pasó las pruebas y termino cedido en el Mónaco.
Desde entonces, en declive: tres cesiones, a cada cual peor: a Os Belenenses, al Aris de Salónica y al Rizespor turco. En 2011 el Benfica se hartó de él y lo mandó de vuelta a la MLS.
Tras dos años en el Philadelphia Union, se fue cedido al Bahía brasileño, donde apenas jugó. Volvió a Estados Unidos para ser despedido, y probó fortuna en... la Segunda División de Serbia.
Ni así. Medio año y al paro. Un equipo finés le dio seis meses de cobijo y volvió a su país de adopción. Jugó en el Tampa Bay Rowdies hasta que Portland Timbers llamó a su puerta.
Era la ocasión de oro de volver a la élite, pero sólo ha sido otro tren que se le escapa al pobre Freddy Adu. No ha pasado las pruebas con el club y se ha desestimado su contratación.
El que fuera el 'niño prodigio', al que llamaban 'el nuevo Pelé' allá por 2003, tiene ahora 27 años y un futuro muy incierto por delante.