Ganó el Manchester City al Leicester en el King Power Stadium por la mínima, gracias a un gol de Gabriel Jesus en el minuto 80, con el cual se demostró que, ante el punto muerto futbolístico en el que estaba el partido, Guardiola sí tenía un 'plan B' y Rodgers, no.
Remontar la enorme ventaja que tiene en estos momentos el Liverpool es prácticamente imposible, por lo que el City ahora mismo parece centrado en amarrar el subcampeonato y hacerlo cuanto antes, mejor.
Para ello era vital ganar al Leicester, haciendo que el triunfo logrado en el King Power Stadium sea, como vulgarmente se dice, de cuatro puntos, pues el duelo directo con los 'foxes' sonríe a los de Guardiola.
El partido siguió el guión esperado. Rodgers abandonó el virtuosismo de otras ocasiones y apostó por un 5-3-2 que dio como resultado un equipo rocoso, que impidió que el rival pisase área con comodidad, limitándose a atacar al contragolpe.
Dejó las bandas a Mendy y Walker, sabedor de que con centros al área los de Guardiola nada iban a lograr. El City, a la vista del panorama, jugó a lo suyo, a manosear la pelota en busca del hueco.
Así transcurrieron los primeros minutos, en los que el fútbol no fue especialmente vistoso. El Leicester dio el primer aviso cuando a los ocho minutos, tras una pérdida de Rodrigo, Vardy acabó plantándose ante Ederson. Superó al brasileño, pero su disparo se estrelló en la madera.
Así iba a jugar el Leicester, provocando el error del rival para que Vardy e Iheanacho corrieran como centellas. Al City no le quedaba otra que probar con los disparos desde media distancia, tras comprobar que combinar en el área rival era imposible.
El balón era 'skyblue'. Se sucedían los ataques del equipo visitante, a los que el Leicester respondía con sus armas, rápidos contragolpes, muchos de ellos abocados al fracaso desde el momento en el que se lanzaron.
El primer tiempo terminó con un gol anulado a Agüero por fuera de juego, una jugada precedida por una polémica acción, por la que la hinchada local reclamó penalti. Fueron Iheanacho y Ederson a por un balón y el brasileño despejó de puños al delantero rival, quien cayó al suelo noqueado.
La acción fue revisada por el VAR y se dictaminó que no hubo falta del guardameta, a pesar de que no estuvo ni cerca de llegar a despejar ese balón. Iheanacho no llegó a recuperarse del todo del golpe, pues fue sustituido al descanso.
Su ausencia no se notó, pues el esquema de Rodgers no varió. Los 'foxes' se aferraron al plan inicial, pese a que cada vez estaba más claro que así, como mucho, solo lograría un empate que de poco le serviría.
No tenía Rodgers un 'plan B' en caso de que todo se torciese, y lo demostró cuando ocurrió. Debió haberle visto las orejas al lobo cuando el City dispuso de un penalti a favor, pero no lo hizo.
Praet cometió, en el minuto 60, un clamoroso penalti al cubrirse la cara de un balonazo de Gündogan con el brazo parcialmente extendido. Por suerte para él, Schmeichel adivinó las intenciones a Agüero y detuvo el lanzamiento.
Respiró el Leicester, pero no cambió nada. Los 'foxes' siguieron jugando igual. Guardiola, no. Sentó a Agüero, seguramente pensando en el Madrid, y la frescura Gabriel Jesus revitalizó los ataques de su equipo.
El Leicester se echó atrás una vez más, y en una buena acción ofensiva, Maherz encontró a Gabriel Jesus y el brasileño anotó el gol de la victoria.
No logró encontrar respuesta al gol el equipo local. Su plan siguió siendo el de robar y contragolpear, pero eso, ante un equipo sin intención ninguna de atacar ni de arriesgar un pase siquiera, estaba condenado al fracaso.
Reaccionó demasiado tarde Rodgers, dando entrada a un delantero más cuando el partido estaba prácticamente terminado. Su Leicester sufre un nuevo revés, y confirma su crisis. Los 'foxes' solo han sumado cinco de los últimos 15 puntos en juego.
El City recorta temporalmente tres puntos al Liverpool, y ya aventaja en siete a su rival e inmediato perseguidor. Los 'reds' están en otra liga.