Corría el minuto 22 de partido cunado Mohamed Salah superó sin despeinarse a Al-Mosailem para poner el primer tanto de la Selección Egipcia en el marcador.
El cotizado delantero de Egipto se plantó solo ante el guardameta árabe, aprovechó el bote del esférico y, con la punta de su bota izquierda, mandó el esférico hasta el fondo de la portería, superando al arquero rival con un golazo.
Un tanto que sirvió para que su selección se adelantara en el marcador. Eso sí, no le duró mucho la alegría a Salah, que se encontró en la misma situación apenas dos minutos después, pero, esta vez, mandó el esférico fuera.
Un fallo clamoroso que ni el propio egipcio de 26 años podía creerse, ante un gol cantado que hubiera alargado la distancia en el marcador para los suyos hasta el segundo tanto.