Hasta que el Liverpool quiso

Juan Ribón hace 4 años 2.6k
El Liverpool ganó con comodidad en Bournemouth. EFE/EPA

Le aguantó el entramado defensivo poco más de media hora al Bournemouth. El Liverpool, como la famosa tortura china, golpeó, flojito pero constante, a la zaga rival hasta que la fatalidad hizo que saltase el cerrojo por los aires. Ganó 0-3, pero pudieron haber caído muchos más.

El Liverpool es una máquina de jugar al fútbol. Por sí mismo ya firma partidos espectaculares, pero si encima le das facilidades, dejas la victoria prácticamente garantizada a los de Klopp.

Eso es lo que le ha ocurrido al Bournemouth, un equipo sumido en una fuerte crisis de resultados, pero también de actitud, a tenor de lo visto ante el Liverpool.

No empezó mal el partido el Bournemouth. La apuesta de Eddie Howe pasaba por defender con dos líneas muy juntas, por acumulación, y golpear a la contra.

Y la jugada le funcionó, pero solo un tiempo. Porque el Borunemouth jugaba como si tuviera que amarrar el resultado a diez para el final, pero habiendo jugado solo un cuarto de hora.

El Liverpool movió el balón a placer, tocando y buscando el hueco por el que hacer daño, un hueco que tardó en aparecer. Superado el ecuador del primer periodo los 'reds' empezaron a poner en serios apuros a la zaga rival, y pasada la media hora ocurrió la jugada que lo cambió todo.

El Liverpool había comenzado a encontrar a Salah con pases a la espalda de la defensa. Había adelantado un paso sus líneas el Bournemouth y los 'reds' quisieron aprovecharlo.

Las dos veces que el Liverpool lo intentó, la zaga local reaccionó bien y abortó el peligro, pero en la segunda pagó un precio demasiado alto. Nathan Aké se rompió pugnando con Salah y obligó a Howe a hacer su primer cambio, por lesión.

El Bournemouth vive una plaga de lesiones, y eso hizo que a su entrenador le tocase recomponer su zaga con el cambio. Eso generó un cierto desconcierto que entre Henderson y Oxlade-Chamberlain aprovecharon para hacer el primero.

El gol hundió la moral del Bournemouth. Los 'cherries' se vinieron abajo por completo, y comenzó la exhibición del Liverpool, solo empañada por la lesión de Lovren, al que suplió Alexander-Arnold.

El segundo llegó al filo del descanso, tras una buena jugada de Salah que culminó Keïta con un gol, asistido de tacón por el egipcio. Y el tercero lo hizo el propio Salah, a pase de Keïta.

El tiempo complementario fue un paseo del Liverpool. El Bournemouth, completamente desconcertado, no supo responder al dominio rival, ni siquiera cuando por la propia y lógica relajación los 'reds' dejaron huecos atrás.

Al final, otra victoria, mucho más cómoda de lo esperado, del Liverpool, que se aprovechó de un Bournemouth incapaz de plantar cara al líder de la Premier.

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