La historia de Hernán Barcos es curiosa. Visiblemente es un tipo que, por su aspecto, nada tiene que ver con el fútbol. De aspecto tosco, pelo largo y físico torpe, Barcos es todo lo contrario a un futbolista moderno. Pero lo es.
El fichaje por el Sporting de Lisboa, que no es oficial pero está casi a punto, es, a sus 31, su primera experiencia en Europa.
Sin embargo, Barcos es un goleador compulsivo y lo ha demostrado en Sudamérica, especialmente en las últimas temporadas.
Ello le valió un importante contrato en el Tianjin Teda chino, al que se marchó después de varios años muy positivos en Brasil. Según la prensa portuguesa, a lo largo del día se cerrará su incorporación al Sporting.