Hungría mira al futuro

BeSoccer hace 6 años 363
Hungría quiere tener de aquí a unos años una nueva generación dorada. AFP/Archivo

La Federación Húngara se ha propuesto devolver a los magiares a la élite en un plazo de tiempo razonable. Para ello realizará una gran inversión en el fútbol base, pero también en otros factores tanto o más importantes, como la salud.

La Federación Húngara de Fútbol (MLSZ) planea construir de aquí a unos años 40 nuevos campos de fútbol, de 40x20 metros, para la práctica del deporte rey por todos los rincones del país.

Quizá 40 pueda parecer un número ridículo a nivel nacional, pero el país centroeuropeo tiene una superficie similar a la de la Comunidad Autónoma de Castilla y León (unos 90.000 kilómetros cuadrados), y no será una inversión de cero, sino un refuerzo a la infraestructura existente.

La mayoría de estos campos nuevos serán anexos a los ya existentes, mejorando las instalaciones de entrenamiento de los clubes húngaros de este modo. Pero muchos se han colcocado, y se colocarán, en colegios y escuelas de todo el país.

La Federación Húngara quiere de este modo que el fútbol llegue a más niños, y que éstos se inicien en la práctica del deporte rey a edades más tempranas.

Hungría ahora reniega del comunismo, pero si algo nos enseñaron aquellos tiempos es que una sociedad deportivamente activa es una sociedad más sana.

El deporte fomenta la cohesión social, reduce la marginación y la delincuencia juvenil, además de promover un estilo de vida sano. Hungría ahora echa en falta esos valores, y la Federación busca reflotarlos.

"Crear infraestructuras y construir terrenos de juego para el fútbol juvenil y de base son los pilares básicos de nuestra estrategia", declaró el Secretario General de la Federación, Marton Vagi.

Los planes de la Federación son que estos campos sirvan para mejorar las infraestructuras deportivas de, sobre todo, las zonas más desfavorecidas de Hungría. La FIFA apoyó decididamente la iniciativa.

La mitad de las nuevas canchas se terminaron en 2017, y el proyecto sigue en marcha hasta su finalización. Pero no sólo de césped artificial vive el futbolista húngaro.

La Federación también ha impulsado otra medida, tan importante como la anterior: la colocación de desfibriladores por los campos de fútbol del país. Se adquirieron mil nuevos, y se ha procedido a su reparto.

En Hungría saben que la prevención salva vidas, pero los problemas cardiacos a veces no se ven venir, y un desfibrilador es lo que separa muchas veces a un jugador de la muerte.

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