Soberbio partido de Isco en el Villamarín. El malagueño, que tras el partido confesó haber tenido problemas de confianza en estos últimos meses, se resarció de su mal partido ante el Eibar con una actuación sensacional y un doblete.
Curiosamente, su recuperación coincide con la apuesta del mediapunta de jugar con el diseño de botas que utilizaba en el Málaga allá por 2013. Ese año, uno de los mejores de la carrera del malagueño, se ganó su fichaje por el Real Madrid.
Hoy, ante el Betis, recuperó la esencia y la magia de aquel Isco para recuperar la confianza en sí mismo y aprovechar la oportunidad que Zidane le dio ante el conjunto bético. La superstición de los futbolistas no tiene límites.