Jesé Rodríguez, en el día de su cumpleaños, jugó su segundo partido con Las Palmas tras su regreso. Saltó al campo en el minuto 59 y protagonizó varias acciones de peligro. En una de ellas, de hecho, estuvo cerca de marcar, pero Whalley le paró los pies con una buena mano.
Las Palmas hizo un ejercicio de sufrimiento, castigo y honor en Castalia. Los de Juan Carlos Garrido vencieron de goleada aprovechando lo condicionado del planteamiento canario desde el dudoso penalti por mano de Javi Castellano y la polémica doble amarilla a Araujo. Y ahí estuvo Jesé por segunda vez desde su regreso -y era su cumpleaños-.
El delantero entró al campo en el minuto 59. En ese momento, los locales ya iban ganando por 2-0. El objetivo de Pepe Mel al introducirle era brindarle alternativas a su esquema ofensivo, que estaba centrándose en no renunciar a nada y continuar tratando de ocasionar problemas a la zaga contraria aunque, con un jugador menos, el sistema de desgarrara atrás.
El '9' hizo exactamente lo que se le pidió. A los tres minutos de ingresar, le robó la bola a Señé en la frontal, probó suerte con un zapatazo de derechas y tuvo que sacar Whalley una mano providencial para evitar su gol. Después, continuó activo aunque no tirara más a puerta.
En el minuto 80, se deshizo bien de la presión de Delgado en el área con un recorte y buscó poner un centro que otro rival vino a negarle. En el 85', le cayó un balón botando hacia la línea de fondo y, al último segundo, lo convirtió en un buen envío a la frontal que Kirian no pudo aprovechar. En el 93', volvió a controlar en el área y, en esta ocasión, no logró hacer nada interesante antes de que el Castellón recuperara.
En el plano físico, si bien es totalmente comprensible que el estado de Jesé siga teniendo margen de mejora por el tiempo que ha estado parado, soportó perfectamente la media hora de juego. No brilló en exceso por su velocidad, sí por sus buenas ideas y su trato de balón -los recortes, aquel pase, el tiro...-