'Joaking', rey del derbi, rey de Sevilla

José Luis Malo hace 5 años 13.7k
Joaquín puso el Villamarín patas arriba. BeSoccer

Un tanto del portuense a diez minutos para el final dejó los tres puntos en casa. 12 años después, el Betis pudo derrotar en su estadio al eterno rival. El Sevilla lamentó la extraña expulsión de Roque Mesa, que se dejó sentir en los minutos definitivos.

Quizá, cuando se retire, el Betis se vea obligado a rebautizar la banda derecha del Villamarín como Calle Joaquín. El escudo tiene 13 barras y el portuense pone la decimocuarta. La barra libre del fútbol, del arte y del duende. Un derbi es un puñado de latidos arritmícos. Pero el duende de Joaquín fue el que terminó agitando los corazones: paralizando los sevillistas, encendiendo los verdiblancos.  

El derbi fue suyo. La gloria es suya. La estrella de Joaquín no se apagará ni cuando se retire. Su magnetismo trasciende el balón. Últimamente era más protagonista fuera que dentro del campo. Pero el día que volvió lo hizo a lo grande. Se sentó en su trono, que es un cajón sobre el que hacer sonar su fútbol flamenco y espontáneo. 

De hecho, esta vez su genio no llegó con un gran remate o un pase de la muerte. Ni siquiera por su banda de siempre. La cabeza de Joaquín fue la que desatascó un derbi condenado al gris en el marcador. Centró Mandi y el gaditano trazó un desmarque de ruptura para para perforar la red y hacer temblar el Villamarín. Se quitó la camiseta, se mezcló con la grada y allí su pueblo lo invistió con la corona. De rey del derbi y de Sevilla. La corona de 'Joaking'. 

Quien haya visto un derbi puede esperar un 3-5, como el año pasado, o un final así, tan alejado de la lógica y la razón. Y que, de paso, destrozó la historia: los béticos de 12 años aún no habían visto ganar un derbi en su propia casa. 

Faltaba algo en la fiesta 

El partido, todo aquello que precedió al terremoto en 80 minutos, acumuló los ingredientes que se agradecen como aderezo del gol. Alta tensión, polémica, pasión a borbotones, aficiones entregadas. Pero sin la electricidad del gol el derbi se quedaba en simulacro. 

La promesa de pasión viró hacia las patadas y las tarjetas. William Carvalho, siempre en altas revoluciones, demostró que había encajado bien la transfusión de derbi que le habían contado. Con Roque Mesa saltaron chispas.  

El fútbol se ahogó en los trailers. En los protagonizados por Tello en el arranque. En una buena mano de Pau López a Franco Vázquez. En el tanto anulado por centímetros a Sergio Canales. 

Dos chispazos cambiaron el final de la película. El Sevilla lamentará la roja de Roque Mesa, el beticismo bendecirá el momento en que Setién tiró de Joaquín. El canario vio la segunda amarilla por una supuesta obstrucción en el saque de Pau López. Pero fue el meta el que se tiró sobre el mediocentro. De posible penalti a favor a vivir el tramo final con diez. 

Estaba escrito que el portuense jugaría los minutos finales, pero la roja hizo que Setién oliera la sangre. El guión parecía escrito: el portuense tenía que decidir el derbi. Y a fe que lo hizo.  

El suelo de Sevilla tembló desde su tanto hasta el último pitido, que sonó en el 98'. Casi 100 minutos que se explican en un segundo.  

El 1-0 trajo la primera victoria del Betis y la primera derrota del Sevilla. Y la confirmación de que Joaquín será eterno en el Villamarín. Nadie en Sevilla se acostará más feliz que el amo de la banda derecha y el señor de los derbis. 

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