El tío de Rubiales estalla: "Luis es un señor comido por el deseo de dinero, lujos, sexo..."

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Juan Rubiales desenmascaró a su sobrino en 'Relevo'. AFP

Juan Rubiales, tío y jefe de gabinete del ya expresidente de la RFEF de 2018 a 2020, atendió a 'Relevo' y no dejó indiferente a nadie. Desenmascaró a Luis asegurando que se trata de "un señor comido por el deseo de dinero, lujos, sexo...": "Con una soberbia enorme que considera que todos los demás son inútiles menos él". Además, sentenció que su sobrino acudió "un poquito desfasado" a la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda.

Juan Rubiales es el tío de Luis Rubiales y fue el jefe de gabinete del expresidente de la RFEF entre 2018 y 2020. Lejos del cariño familiar, protagonizó una entrevista con 'Relevo', donde no escatimó en lanzar piedras al tejado. A todos los niveles posibles.

"Creo que se está demostrando. Luis es una persona que siempre ha intentado presentarse como víctima de una especie de conspiración mundial en la que o está AFE, o está LaLiga, o está el fútbol sala, o hasta el fútbol femenino.... En realidad su gran enemigo es él mismo. Es un señor con una soberbia enorme que considera que todos los demás son inútiles menos él. Es un señor con una ambición tremenda, un señor comido por el deseo de dinero, de lujo, de sexo...", declaró.

Incluso con la hipocresía como carta de presentación de Luis Rubiales: "Mira, te quiero contar una anécdota muy representativa de quién es Luis. Cuando fue elegido presidente aquella tarde en que le gana las elecciones a Larrea yo le había escrito un discurso que se llamaba 'El discurso de la victoria'. Todavía lo conservo por ahí. Ese discurso era un llamamiento a toda la Asamblea del fútbol español y marcaba como prioridad un consenso, que hubiera un diálogo entre todas las partes. Insistía en que había que hacer una mesa del fútbol español, que había que intentar desarrollar un proyecto de gobernanza para los próximos 30 años donde todo estuviéramos integrados, que la casa madre del fútbol era la Federación pero la Federación no sólo era el fútbol, sino que el fútbol era también la Liga, lo era la AFE, lo era LaLiga, el fútbol sala… Y reclamaba a la gente que pusieran lo mejor de cada uno. "Si todos ponemos lo mejor, tendremos lo mejor de lo mejor", decía. Cuando subió a la tribuna, no leyó el discurso. Y cuando abandonamos la Federación, ya en el coche oficial yo, que iba con él, le pregunté que por qué no había leído el discurso. Y me dijo: "Tío, porque ya hemos ganado, ¿para que hacen falta tantos compromisos?".

"Ahí había que servir al patrón. Y el que no estuviera alineado, a la calle"

Juan Rubiales habló de "estado de terror" en los trabajadores de aquella etapa en la RFEF: "Como era él. Todo aquel que formara parte de su corte pues se veía con el derecho y la autoridad para actuar. Era gente que gritaba, que amenazaba, que advertía que en el paro había mucha gente esperando... "Vamos, chico, si no os interesa, ya sabéis lo que hay". Era así. Los trabajadores lo definieron muy bien. Vivían en un estado de terror. Afortunadamente ahora se han liberado porque la amenaza de que te echaran, de que te expedientaran, era permanente. Ahí había que servir al patrón. Y todos en línea con el patrón. Y el que no estuviera alineado, a la calle".

Sin olvidar el capítulo del padre de Luis, ya contado a la Fiscalía: "En esa reunión me sacó el pasillo y me dijo: "Oye tío, tenemos que buscar una fórmula para hacerle llegar dinero a mi padre". Y yo le dije: "Mira, yo le dejé a tu padre dinero hace unos meses, pero si necesita, pues sacas tú lo que consideres y yo lo que pueda y se lo damos". "No, no, no, no, no. No me has entendido. Tenemos que buscar una fórmula para que todos los meses a mi padre de la Federación le llegue un dinero. Yo lo contrataría como asesor, pero coño, que es mi padre. Entonces hay que buscar una fórmula para que le llegue una cantidad de dinero". Y yo le dije, "Mira, Luis, para eso no cuentes conmigo. Yo eso no lo voy a hacer. Yo no quiero ni corruptelas ni irregularidades ni nada". Le dije textualmente: "Yo quiero jubilarme y vivir en paz con mis hijos". Y él me dijo: "Tío, vete del despacho. Ya sé de qué vas. No quiero volver a verte".

Ni la obsesión del expresidente de la RFEF sobre presuntos espionajes hacia su persona: "Él está obsesionado con que le espían, con que le ponen detectives, con que le están siguiendo su vida. Él tiene esos pensamientos muy peliculeros en su cabeza. Él dice que hay un grano de arena y tres horas después era una montaña, ¿no? Entonces Antonio Gómez Reino me lo cuenta a mí y se lo cuenta al presidente. Que tiene un contacto con un señor de una empresa de detectives, que le quiere informar de que lo están siguiendo".

"Lo del palco fue la representación berlanguiana de lo que es un patán metido a presidente de la RFEF"

Juan Rubiales opinó sobre el beso a Jenni Hermoso: "Lo de Jenni ya me pareció increíble porque como digo siempre: ¿te imaginas a Florentino Pérez, al presidente del Betis, Ángel Haro, al presidente del Atlético de Madrid... cogiendo a una chica, jugadora de su equipo, apretarle la cabeza, traerla y besarle en los labios? Yo no me lo imagino. Y luego lo del palco fue ya la representación berlanguiana de lo que es un patán metido a presidente de la RFEF. Un auténtico patán, un cateto metido a presidente de la RFEF".

Y aseguró que tanto Luis Rubiales como su entorno fueron "un poquito desfasados" a la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda: "Era una organización muy cerrada. Se iban de fiesta, se iban de juerga y lo pasaban bien. Tan de juerga que incluso en la final de Australia, estaban todos un poquito desfasados. Parece ser que hubo una gran fiesta el día anterior. Creo que Luis tuvo la oportunidad incluso de coincidir con una amiga suya que se llama Desi, estuvieron compartiendo allí y repartiendo. Así eran. Actuaban y se sentían que eran intocables, que estaban tocando el cielo".

Además, explicó su situación personal: "Estoy en el paro. He tenido que abandonar mi casa porque no la puedo pagar. Me va a acoger un hijo. Nadie me da trabajo, por supuesto. Considero que soy un exiliado político, por decirlo de alguna manera, de la RFEF. Perdí todo por defender una institución que me parece que merece mucho la pena y que representa a muchos españoles. Y espero que algún día alguien me dé la posibilidad de volver a trabajar".

Finalmente, lanzó un consejo a su sobrino: "Creo que necesita ayuda psicológica. Creo que necesita despojarse de la soberbia, ponerse en mano de profesionales, y tratar de conducir su personalidad. Eso es lo que necesita. Y a partir de ahí afrontar con una humildad sus hechos y hacer un propósito de enmienda. Es todavía joven. Es verdad que la imagen que tiene difícilmente se la va a quitar de encima, pero al menos que su conciencia, su espíritu y su alma recuperen paz, es un objetivo que se debería de marcar".

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