Jugar bien es secundario si tienes a Ibra

Juan Ribón hace 3 años 3.1k
El Milan ganó con solvencia pero sin brillo. EFE/EPA

Victoria del Milan en el campo del Cagliari, sin brillo, sin lustre, con poco más que dos zarpazos de Zlatan Ibrahimovic, en un partido en el que lo más notable fue el ejercicio de supervivencia que fue aguantar el último cuarto de hora con diez.

No fue la ley del mínimo esfuerzo, pero casi. Así es este Milan que vuelve a quedarse solo en la cumbre del fútbol italiano, y que amenaza con recoger el testigo de la Juve como campeón de la Serie A.

La vida es más fácil si tienes a Ibra. Y mucho más si está inspirado. Ante el Cagliari lo estuvo. Nos deleitó con controles imposibles, con pases de fantasía marcial, y con dos goles.

Tardó solo cinco minutos en poner patas arriba el partido el gigante sueco. Había salido el Milan a dominar al Cagliari y los primeros minutos fueron suyos. Así llegó el gran pase de Brahim al desmarque de Zlatan.

Y con él, el penalti de Lykogiannis, claro para los ojos 'rossoneri', rigurosísimo para los sardos, al delantero nórdico. Penalti que el propio Ibra convirtió para poner en ventaja, desde bien temprano, al Milan.

Aquello espoleó a un Cagliari que se encontró desde bien pronto sin nada que perder. El problema es que, aunque tenía la posesión del balón, no lograba generar peligro con ella.

No en vano, Donnarumma apenas tuvo que intervenir en todo el partido, pero cuando tuvo que hacerlo resultó vital.

Pese a todo, la más clara del primer tiempo, gol aparte, fue el tiro al poste de Davide Calabria, quien rindió a un nivel superlativo durante todo el partido.

No se movió más el marcador antes del descanso, y a la vuelta de los vestuarios no tardó en hacerlo. Y la casualidad quiso que volviera a ser en el minuto 7.

Fue en otra jugada en la que el VAR tuvo que intervenir, aunque ahora para tirar líneas. Porque el asistente advirtió fuera de juego de Ibra cuando Calabria le puso un sensacional pase al corazón del área que el sueco dejó correr y remató de primeras para hacer el 0-2.

Su celebración fue interrumpida por una anulación que fue desestimada gracias a la tecnología de videoarbitraje, y que permitió al Milan respirar un poco más.

Si con el 0-1 estaban los de Pioli cómodos, más lo iban a estar con el 0-2. El Cagliari empezó a apretar más y más, ante la inoperancia en el centro del campo de los 'rossoneri', y empezó a hacer méritos para el empate.

La más clara de los locales llegó en el 63', cuando Joao Pedro caracoleó en la frontal y asistió para que Gio Simeone se batiera el cobre con un Donnarumma que salió a taparle todos los huecos. Y lo hizo. El 'Cholito' se quedó sin el gol.

La respuesta del Milan fue en esta ocasión inmediata, con Ibra y Cragno como protagonistas, y con idéntico resultado: un paradón.

Todo se torció a partir de entonces para el Milan. En el 66' reapareció el belga Saelemaekers, tras estar casi un mes de baja por lesión, pero no era su día.

En el 68' vio la amarilla, por un clarísimo planchazo a Zappa. Y en el 74', cuando apenas llevaba ocho minutos sobre el verde del Sardegna Arena, el árbitro le mostró la segunda, por derribar a un contrario cortando un contragolpe.

La segunda amonestación fue de esas que si se muestran siendo la primera se entienden como lógicas, pero que parecen exageradas cuando acarrean expulsión.

El escenario cambió. Di Francesco quemó sus naves, sacó toda su artillería y procedió a asediar la meta de 'Gigio'. Tuvo el tanto de la esperanza, el que hubiera metido al Cagliari en el partido, pero Cerri es topó con Donnarumma.

Ocasión a la que siguió la respuesta de un Ibra que ya estaba visiblemente fatigado, y que aunque logró chutar tras pelear con Godín, no logró hacerlo con la puntería que hubiera querido.

Por suerte, el Milan supo controlar mejor el encuentro con diez que con once, y más en la recta final. Se ahogó el Cagliari en su propio campo, impotente no ya por no ser capaz de hincarle el diente a un rival en inferioridad, sino por no poder ni siquiera acabar asediando su meta.

Suma de este modo tres puntos más el Milan, para ponerse otra vez líder en solitario de la Serie A. Peor pinta para el Cagliari, al borde de los puestos de descenso tras encadenar cinco derrotas consecutiva y once encuentros sin conocer la victoria.

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