'Kaiser', el crack mundial que no sabía jugar al fútbol

Enrique Salvatierra hace 7 años 9.4k
Imagen de un reportaje de la prensa brasileña a Kaiser. Twitter

La historia de Carlos Henrique Raposo está enterrada en el olvido de la memoria colectiva, pero su trayectoria futbolística fue una de las mayores estafas que se recuerdan.

Romario, Bebeto o Edmundo hablaban maravillas sobre Carlos Henrique Raposo, un desconocido futbolista que encontró su primera oportunidad gracias a la recomendación de algunos de sus amigos brasileños, grandes estrellas del mundo del fútbol.

Una carrera de 20 años como profesional sin saber jugar al fútbol tiene también su mérito. Con el apoyo de la prensa y la recomendación de grandes estrellas brasileñas, se fue conformando un mito que permitió a Raposo vivir del fútbol sin practicarlo.

Apodado el 'Kaiser' por las comparaciones con Beckenbauer, gracias a la recomendación de Mauricio, ídolo local, se ganó un contrato con el Botafogo y allí empezó su particular carrera de mentiras.

"Hacía algún movimiento raro en el entrenamiento, me tocaba el muslo, y me quedaba 20 días en el departamento médico. En esa época no existía la resonancia magnética. Cuando los días pasaban, tenía un dentista amigo que me daba un certificado de que tenía algún problema. Y así, pasaban los meses", explicó el propio 'Kaiser' años después.

Sus amistades le permitieron cambiar de club sin jugar un solo minuto. Y no a equipos cualquiera. Flamengo, Puebla, El Paso, Bangú, América, Vasco de Gama, Fluminense, Palmeiras, Guaraní, Ajaccio... todos ellos cayeron en sus redes.

Jugadores de mayor talento no han pisado ni la mitad de grandes clubes que 'Kaiser', cuya leyenda iba creciendo con el paso de los años.

En el Bangú vivió su anécdota más irrisoria. Convocado por el técnico ante la presión de la hinchada, Raposo tuvo que buscar una alternativa para no saltar al terreno de juego. Su vía de escape fue pelearse con un aficionado rival y acabar expulsado. Su excusa le hizo un poco más grande. "No podía permitir que nadie insultara al entrenador. Es como mi segundo padre", afirmó para salir del atolladero. Brillante...

Su ingenio a la hora de solventar la falta de minutos le permitió extender su 'carrera' durante 20 años. Un genio brasileño que se rió del mundo del fútbol en sus propias narices.