En la Segunda División de Rumanía se pudo vivir este fin de semana la celebración más curiosa de lo que va de año. El protagonista, el delantero del Hermannstadt Stefan Blanaru.
En el minuto 80 del choque ante el Lucearaful Oradea, Blanaru encaró al portero rival y lo batió con suficiencia. Hasta ahí todo normal, lo llamativo llegó apenas unos segundos después.
Blanaru decidió correr hasta la grada, subirse a ella y aplaudirse a sí mismo. Varios niños se acercaron al delantero, que desató las risas entre los aficionados que allí se encontraban.