Su Newcastle no pudo sobreponerse a dos lesiones tempraneras y a la expulsión de Shelvey. Hasta entonces, Benítez supo contener al Tottenham, aunque su equipo dejó claro que todavía necesita algún que otro retoque.
Rafa Benítez tiene mucho por hacer si quiere mantener al Newcastle en la Premier. En su retorno, el técnico español no pudo paliar dos desgraciadas lesiones en la primera mitad, que fueron coronadas con una estúpida expulsión de Shelvey que mandó a la lona a las 'urracas'.
Al menos, Benítez puede presumir de que en la primera mitad el Newcastle llevó su sello. Seguros, muy seguros atrás, los locales desactivaron el ataque del Tottenham y enseñaron la patita al contraataque. Eso sí, visto lo visto, se entiende que el entrenador español pida por activa y por pasiva un delantero.
Con Lejeune y Dummett fuera del partido por lesión, Benítez se vio obligado a reconstruir su defensa. Sin embargo, Pochettino no encontró el camino en una primera parte que se esfumó con el Newcastle manteniendo un punto.
Pero Shelvey se autoexpulsó y a Benítez le hizo un roto. Las fugas de agua se multiplicaron y el ex del Madrid sólo pudo refunfuñar en su banquillo mientras Dele Alli y Davies descosían a su equipo. Un debut agrio, desgraciado y que deja patente que a este Newcastle le queda bastante por mejorar.