¿Cómo puede una falta ganar un partido? Ruud Gullit, en una charla con Arsène Wenger, lo explicó a la perfección. Para él, esa acción fue determinante porque terminó por desconectar a Neymar del partido.
Quizá las formas en las que explicó su razonamiento no fueran las mejores, pero en el fondo, razón no le falta. "Me encantó cuando Gnabry tiró a Neymar al suelo. Fue el momento en el que dijeron 'vamos por él", dijo el ex futbolista neerlandés.
"Me encantó cuando lo hizo, porque eso es lo que necesitas: un poco de agresión y dominación, que se mostró en esa jugada. Después de ese hecho, algo pasó", añadió Gnabry.
Para él, fue la jugada que marcó el encuentro. Lo que en su momento parecía una pequeña 'vendetta' de Gnabry, con Neymar pagando los platos rotos, se convirtió en la falta que lo cambió todo.
Porque en esa acción Paredes también vio la amarilla, por recriminarle la falta a Gnabry. Y el joven alemán, una vez hubieron vuelto las aguas a su cauce, se disculpó deportivamente con Neymar. Pero ya lo había hecho.
Había sacado a Neymar del partido, con más de una hora por delante. El astro brasileño se diluyó entonces, y acabó tocando fondo con su falta a destiempo a Lewandowski, sin posibilidad de jugar el balón, por pura frustración.
Quizá desconectar a Neymar a base de faltas no sea la táctica más noble posible, pero es tan válida como otra cualquiera, y tiene un antídoto relativamente sencillo: trabajo psicológico con la estrella brasileña para aguantar aún mejor la presión a la que es sometido en cada encuentro.