Cuando ganar no provoca una sonrisa

Enrique Salvatierra hace 6 años 7.9k
Vitor Hugo decidió el encuentro. AFP

Un solitario y emocionante gol de Vitor Hugo decantó el partido en favor del conjunto 'viola' ante un Benevento que tuvo el empate en un remate al palo de Coda.

Emoción a raudales en Florencia para afrontar el primer partido sin su gran capitán. La triste desaparición de Astori marcó el encuentro de principio a fin. Se sucedieron los homenajes, los preparados y los espontáneos.

El clima era diferente, el estadio estaba diferente, la Fiorentina era ya un club diferente. Y de fondo, un Benevento jugándose los cuartos ante un equipo obligado a ganar como presente al amigo perdido, como respuesta sobre el campo al inesperado adiós de un capitán.

Fue su compañero de fatigas, Vitor Hugo, el encargado de abrir la lata y de elevar los brazos al cielo. El estadio se conmovió, los once jugadores se abrazaron y formaron una piña que terminó con una camiseta en honor a Astori.

El partido siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido, porque lo exigía el guión. Y porque al Benevento le iba la vida. Apretó el cuadro visitante y aguantó estoico una Fiorentina con la cabeza en otra parte a ratos.

Coda tuvo el empate en un remate que se estrelló en el palo a un minuto del final. Y Badelj respondió en la madera contraria ya en el descuento. Nada más se movió, ganó la Fiore, que elevó un grito de rabia al cielo para celebrar el primer triunfo sin su capitán. Hay vida sin Astori, pero no es lo mismo.

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