La inexplicable depresión de Coutinho
El brasileño siguió sin convencer ante el Girona. Marró dos ocasiones clarísimas y tampoco aportó alegría al juego azulgrana con su fútbol.
Mucho han cambiado las cosas para Philippe Coutinho desde su fichaje hace un año por el Barcelona. Si el brasileño realizó ante el Girona en el Camp Nou su primer gran partido de azulgrana, el mismo rival, pero en Montilivi, desnudó una vez más todas sus miserias un año después.
No es que al ex del Liverpool se le haya olvidado jugar, pues hace muchas cosas con criterio y no ha perdido ni un ápice de su excepcional calidad técnica. Pero la tristeza con la que juega preocupa y hasta contagia a sus compañeros.
El Girona-Barça no sirvió para redimir a Coutinho. Pronto, en la primera parte, dispuso de un mano a mano con Bono tras un fastuoso pase de Messi en el que decidió mal. Buscó el palo corto y se topó con el arquero marroquí, que no se movió mucho y tapó con acierto.
El resto de su primera parte no estuvo acorde con lo que se espera de él. Estuvo mucho más cauteloso que en Sevilla con las pérdidas, pero no aportó tampoco demasiado para mejorar el juego ofensivo azulgrana.
Su mejor acción fue una pared con Messi en la que el argentino lo hizo todo, que fue cortada in extremis por Alcalá ya con el rosarino pisando el área pequeña.
Tras el descanso, volvió a verse la versión triste del ex jugador 'red'. Poca participación, juego plano... y un nuevo mano a mano fallado al final, esta vez tras regatear sin mucha fe a Bono.
Antes, el brasileño no acertó a rematar un claro balón al segundo palo que luego perdonó en segunda instancia Messi ante el portero del Girona, en la que fue su otra gran oportunidad en el partido.
En definitiva, una nueva oportunidad perdida para la recuperación de un jugador que preocupa más por las sensaciones que transmite que porque realmente no aporte con su fútbol.