No, no nos han bailado las cifras al escribir el titular, es así de surrealista. Andrea Brighenti, de 32 años y procedente del Monza, se ha convertido en nuevo jugador de la Juventus. Hasta ahí, todo bien. La historia toma tintes lisérgicos cuando la 'Vecchia Signora' anuncia que reforzará al equipo Sub 23.
Andrea Brighenti se ha convertido en nuevo jugador del equipo Sub 23 de la Juventus. Llega procedente del Monza, club recién ascendido a la Serie B y que ha recibido 250.000 euros por su jugador. Ah, y un pequeño detalle: tiene 32 años.
Chancullos y tejemanejes ha habido en el fútbol desde que se pegó la primera patada a un balón. Italia sabe bastante de ello, y la Juve, ni digamos. ¿O acaso debemos recordar el 'Calciopoli'?
El traspaso de Brighenti, un futbolista que, a sus 32 años su mayor éxito ha sido lograr el ascenso a la Serie B con el Monza, algo esconde. Aunque los clubes Sub 23 de Italia pueden tener a tres futbolistas que superen esa edad (al estilo de las selecciones olímpicas), que lo haga la Juve, y con un delantero sin historial, extraña.
Brighenti ha militado en la Sambonifacese, en el Renate, en el Cremonense y las dos últimas campañas en el Monza. Y ahí puede estar la clave, porque, al final, todo queda en familia.
El Monza es propiedad de Fininvest, grupo financiero de la familia Berlusconi, y está presidido por Paolo Berlusconi. Les suena el apellido de algo, ¿verdad? Fueron dueños del Milan hasta hace bien poco.
La Juve, por su parte, es propiedad de otra de las grandes familias italianas ligadas al tejido industrial del norte del país, los Agnelli. Cabría pensar que son grandes rivales, pero nada más lejos de la realidad. Como se dice, entre bomberos no se pisa la manguera.
El Monza ha recibido 250.000 euros por un futbolista de 32 años valorado en 174.000, un dinero que al recién ascendido le vendrá de lujo para afrontar la temporada.
Y la Juve, ante la imposibilidad de encajarle en el primer equipo, ha usado uno de los tres cupos para mayores de 23 años de su filial. Y todos contentos, también los aficionados.
Porque el movimiento ha sido tan extraño y rocambolesco que ha dado pie a mil y una bromas: que si el director deportivo es disléxico (23-32), que si mejor que vaya para el Sub 60, que si parece más joven que Higuaín...