La Lazio derrotó al Genoa (2-3) en un partido que se le puso muy difícil, pero que acabó con final feliz para ellos. Los puntos sirven para que los 'azzurri' sigan pegados a la Juventus, que se encuentra en la primera plaza de la Serie A. Los 'rossoblu' se hunden.
En un partido en el que las defensas no llevaron a cabo su mejor trabajo, la Lazio dejó atrás a un Genoa que está cada vez más incrustado en la zona de descenso. Los 'azzurri' le meten así presión a la Juventus colocándose a un solo punto en la clasificación.
Los locales, que tenían la oportunidad de alejarse de la zona de peligro, no fueron capaces de puntuar a pesar de lo cerca que estuvieron. La consecuencia fue quedar una jornada más en el puesto 18; eso sí, tiene margen para con el Brescia y el SPAL.
Adam Marusic fue el primero en golpear. Solo tardó dos minutos en poner por delante a los suyos gracias a una definición de mucha calidad con la diestra. No pudo hacer nada Perin. Tras recoger este la bola del fondo de sus mallas, su equipo protagonizó una gran mejora.
El resto de la primera mitad fue de dominio por su parte. No llegaba el tanto, pero los 'azzurri' estaban lejos de estar cómodos y tenían que ponerse serios atrás para evitar que les empataran. Hubo que esperar a la segunda parte para que se precipitaran las cosas.
Como al principio del choque, el Genoa no se plantó bien tras salir al verde y fue Immobile, tan letal como siempre, el que les castigó por ello con el 0-2. Tres minutos tardaron los 'rossoblu' en reaccionar: exactamente al igual que un rato antes, solo tras encajar una diana se vinieron arriba.
El pistoletazo de salida a modo de tanto lo dio Cassata con un zapatazo desde fuera del área que se coló en la portería. Le entraron los nervios a la Lazio, se proliferaron los errores en ambos bandos y el encuentro se rompió. Golpeó de nuevo el cuadro visitante gracias a un gran chut de Cataldi.
Y, de nuevo, el Genoa se puso manos a la obra con furia tras recibir gol. A pesar de intentarlo de todas las maneras, no dio tiempo a más que a recortar distancias por obra de Criscito en el comienzo del descuento, dibujando así un 2-3 que acabó siendo definitivo.