La ley de las segundas partes

Enrique Salvatierra hace 6 años 11.8k
El Sevilla se llevó el derbi andaluz. BeSoccer

El Málaga cumplió bien el guión hasta que Rosales cometió un penalti infantil que transformó Banega. Los de Berizzo siguen haciéndose fuertes en el Pizjuán y mandan a los de Míchel al parón con un punto de 21.

El Málaga sigue sumido en un agujero cada vez más oscuro. El halo de luz impulsado por Rolan ante el Athletic se esfumó con los errores de Rosales y Rolón en el Pizjuán. No es el Sevilla un equipo de esos que desaprovechan regalos y menos en Nervión. Los de Míchel llevaban la lección muy bien aprendida de casa y ni siquiera la lesión de Ricca perturbó a una defensa que forzó hasta 14 fueras de juego del rival. Poca broma.

Pero este Málaga dispara balas de fogueo y el Sevilla las tiene de verdad. Rolan fue una isla abandonada, como Adrián. Mula tiene toda la intención del mundo, pero siempre se acaba quedando corto. A Juanpi siempre le falta algo, y así sucesivamente. Y esa suma en Primera se paga. Como se pagan los errores de un Rosales que sigue culminando un inicio de temporada nefasto. El venezolano, que sufrió lo indecible con Correa y Escudero, acabó haciéndole penalti al argentino pasada la hora de partido.

Banega se plantó en los once metros y rompió el muro que tan concienzudamente había construido Míchel. Gran labor defensiva del Málaga pese a las bajas, hoy con Torres y Baysse en el eje de la zaga. Muriel caía una y otra vez en la tela de araña y en la firme línea del fuera de juego. El colombiano no daba con la tecla para descifrar el sistema defensivo de los blanquiazules.

Entregaron los visitantes el primer acto y lo salvaron sin problemas. Espoleados por cumplir la primera parte del plan, el Málaga salió mucho mejor en la segunda mitad. Se sucedieron ocasiones y se abrió el partido. Pero si las segundas partes son el acicate del Sevilla (8 de sus 9 goles han llegado en ese periodo), también son la kryptonita del rival (12 de los 16 goles encajados por los de Míchel fueron tras el descanso). El destino parecía escrito... Y Justo cuando todo estaba tornando de blanquiazul, llegó el penalti de Rosales. El 1-0 descolocó del todo a un equipo frágil a la hora de encajar golpes, sobre todo con la losa mental que supone sumar un punto de 18 (de 21 ya).

En un minuto, lío de Rolón y cabalgada a campo abierto de Muriel, que en ese escenario si es la víbora por la que el Sevilla pagó 20 millones de euros. Contra y remate ante Roberto, que llegó a tocar pero no lo suficiente.

El Sevilla había liquidado el encuentro en dos minutos. A Berizzo le habían salido las rotaciones y se marcha al parón con una sonrisa de oreja a oreja. Una mueca que hace tiempo que no se le ve a Míchel, ni casi a ningún jugador de un Málaga que tiró de orgullo en el tramo final y se topó un par de veces con David Soria.

En un cuerpo muy golpeado, el alma del Málaga sigue latiendo, pero con eso no le da. Y ha llegado el momento de preocuparse. Estos 15 días vienen como agua de mayo para encontrar soluciones a un proyecto que se encuentra en esa espiral del sumidero de la que muchos no logran salir. Y las inercias son muy peligrosas en esto del fútbol.

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