Frenkie de Jong fue el fichaje estrella del pasado mercado para el Barça. Fue catalogado como el motor del futuro de los azulgranas e incluso su rendimiento inmediato disparó aún más las expectativas. Pero ese efecto parece haberse diluido.
De Jong no ha estado mal en este arranque liguero. Pero su montaña rusa puede deberse precisamente a eso, a que no ha pasado de cumplir en las tres primeras jornadas.
Su llegada a Barcelona disparó la ilusión en la hinchada. Un jugador con el sello del Ajax debe encajar perfectamente en el Barça. Y así lo hizo desde sus primeros días en pretemporada, mostrando un descaro inusual en un jugador de su edad (22 años) en sus primeros compromisos con un equipo como el azulgrana.
Sin embargo, ese 'hype' parece haber descendido tras los encuentros ante Athletic, Betis y Osasuna. Estuvo presente como titular en todos ellos y sólo se perdió siete minutos del encuentro en Pamplona, pero su rol no está siendo el esperado. Ni el que demuestra en sus actuaciones con Holanda.
No hay que olvidar dos grandes asteriscos. El primero es la posición. Acostumbrado a acaparar la sala de máquinas en el Ajax y la Selección Holandesa, Ernesto Valverde lo ha colocado como interior. Es decir, debe lidiar con nuevas funciones y especialidades que pueden alejarse parcialmente de sus características. Pero para poder coincidir con Busquets sobre el verde, parece que no hay otra opción, ya que se descarta que, a estas alturas, Sergio deba aprender a desempeñarse como interior.
La segunda puntualización es la ausencia de Leo Messi, lo que resta sobremanera opciones de éxito a su equipo (le pasaría a cualquiera). Con él, Luis Suárez y Dembélé lesionados, el Barça ha jugado con delanteras que ni se pensaban hace apenas una semana, algo que ha podido influir en parte en el rendimiento de De Jong.