La paradoja Neymar

Neymar le costó 222 millones de euros al PSG, una operación que hizo temblar los cimientos del fútbol. Un precio alto por un jugador estratosférico, seguramente el sucesor de Messi y Cristiano. Su rendimiento en París es notable, pero al mismo tiempo se habla demasiado de su vida privada.

El pasado fin de semana se conoció que Neymar viajó a Brasil "para resolver problemas familiares". Un desplazamiento que le impidió acudir a la comida de Navidad que sus compañeros sí celebraron en Disneyland. Ney estaba en su país.

Unai Emery no quiso desvelar qué motivos puso el delantero sobre la mesa para pasar varios días fuera de la capital francesa. Pero estos ya han provocado que Neymar se pierda el duelo ante el Estrasburgo de Copa de la Liga. Mientras Cavani o Mbappé están citados, Ney es baja.

Las redes sociales, esas plataformas donde la estrella brasileña se expone con asiduidad, han revelado que Neymar, además de afrontar urgentes problemas de carácter privado, ha acudido a un cumpleaños y a su dentista de confianza.

"Gracias por la visita, continua siendo el mismo chico, humildad en persona, por eso que eres amado. Gracias Neymar, un gran regalo recibirte en mi aniversario", le escribió en redes sociales Reinaldo Pitta, padre de su amigo Guilherme Pitta.

Los continuos viajes de Neymar y alguna noche un tanto alocada han generado cierto malestar en el PSG, pero sin embargo de puertas para afuera se apoya a Neymar. Es la estrella pero todos están con él.

Los 'Toiss', el séquito del jugador, su famoso padre, el cumpleaños de la hermana... A Neymar se le acumulan unos episodios extradeportivos que empañan su buen hacer en el campo. La paradoja de un futbolista que aspira a dominar el fútbol pero que ofrece señales contradictorias, por más que Tite, seleccionador de Brasil, quiera blanquear su imagen ante los medios.