La revolución de Coudet, el baile de Aspas

Pablo Gil Mora hace 3 años 8.4k
El Celta venció en el estreno en el banquillo de Coudet. EFE

Con el permiso de los jóvenes Miguel Baeza y Fran Beltrán, que dieron la victoria al Celta de Vigo (3-1) con sus goles, la tarde en Balaídos tuvo a Iago Aspas y a Eduardo Coudet como principales protagonistas de un choque que se vistió de celeste, especialmente en la segunda parte, ante un Granada en cuesta abajo tras derrotas seguidas en Liga.

Este Celta de Vigo es otro. Será el 'método Coudet', que este domingo se sentó por primera vez en el banquillo de Balaídos, pero el equipo ha dado un paso adelante en todos los sentidos: en juego, en intensidad, en motivación... Y eso, que ya se notó ante el Sevilla, quedó plasmado en un gran partido frente al Granada, que sigue en caída libre en Liga, no así en Europa.

Si para alguien era una final este encuentro era, obviamente, para el Celta, que llegaba en zona de descenso. Sin embargo, esa presión y los nervios típicos supieron transformarlos en ideas de ataque los jugadores de Coudet. Muy sueltos y con ganas de sorprender a un rival cuya seña de identidad es la intensidad de inicio a fin.

El Granada se vio sobrepasado desde el principio. Jugar en Europa pasa factura, y los de Diego Martínez, aparte de ser azotados por el dichoso COVID-19 hace unas semanas, están notando la fatiga por la acumulación de minutos, tensión y partidos. Son tres derrotas consecutivas y la preocupación ya es latente en tierras nazaríes.

Y se acabó el récord absolutamente loco de Diego Martínez, un entrenador que no se veía remontado en un partido desde el 19 de noviembre de 2017. Hace más de tres años. Una absoluta bestialidad. Pero hubo un momento clave que sirvió al Celta para impulsarse y dejarse llevar por sus 'jugones' de ataque, ya que si algo le sobra es calidad.

Nolito, Hugo Mallo, Santi Mina... todos ellos tuvieron ocasiones clarísimas para adelantar en los primeros minutos al Celta. Sin embargo, el que perdona lo paga... y sobre todo, ante el Granada. Se adelantaron los nazaríes en el minuto 25 gracias a una fenomenal asistencia de Luis Milla a la contra y una galopada de Luis Suárez, que definió con una magia brutal por encima de Rubén Blanco.

Un mazazo del que se repuso rápidamente el Celta de Vigo gracias a Nolito. Se cumplió la ley del ex y el gaditano encontró un espacio en el área para empujar un centro caramelizado de Olaza. Una obra de arte. Empate a los dos minutos, un gol psicológico que sirvió a los de Coudet para creer realmente en la victoria y no venirse abajo.

Empujó el Celta durante todo el encuentro, pero el 1-1 se mantuvo al descanso. Y pudo dar gracias por ello, ya que Neva y Jorge Molina gozaron de opciones para hacer el 1-2 al filo del descanso. No fue así y el segundo tiempo se tradujo en un monólogo gallego sobre la meta de Rui Silva. Al Granada le pesaron las piernas y las ocasiones locales se sucedieron.

Y llegó el momento clave, el tramo final en el que se decidió todo: Coudet dio entrada a Baeza y a Beltrán, los inesperados héroes de una tarde-noche muy sufrida, pero con éxtasis tras la victoria final. El primero aprovechó un rechace en el 81' para marcar con toda la rabia del Celta, mientras que el segundo finiquitó la contienda con el definitvo 3-1.

La goleada se cerró con una asistencia magistral de Aspas, que volvió a dar una 'masterclass' de movilidad, acierto en el pase, concentración y 'dribblings' para gambetear entre la poblada defensa del Granada. Noche feliz que solo oscureció Okay Yokuslu, expulsado merced a la revisión del VAR por una acción antideportiva en una tangana que ensució un partidazo puro de fútbol.

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