Una vez más el deporte vuelve a demostrar su lado más humano. Como en muchas otras ocasiones el fútbol vuelve a ser el 'clavo ardiendo' al que agarrarse cuando todo parece perdido. Así fue para Evelina Cabrera.
Desde muy pequeña convivió con la violencia y el maltrato como una rutina más de su vida. Durmió en la calle y se dedicó a múltiples tareas con el único fin de tener algo que llevarse a la boca.
Estuvo tentada por todas y cada una de las drogas que convivían con ella en la calle, pero en el momento justo supo reconducir su vida y, antes de cumplir la treintena, fundó la Asociación femenina de Fútbol (AFFAR).
Ahora, a través de dicha plataforma, Evelina Cabrera ayuda a otras muchas chicas que, como ella, no lo tienen fácil para salir adelante. Ella intentó triunfar como futbolista pero, una vez más, la vida se cruzó en su camino en forma de tumor.
Ella, lejos de rendirse, decidió esquivarlo y se convirtió en entrenadora de fútbol. La AFFAR se encarga de las áreas deportivas, educativa y social de chicas y mujeres con problemas de inclusión en la sociedad a lo largo y ancho del país.
Evelina y su equipo de trabajo pretenden dar un lugar en la sociedad y algo a lo que agarrarse a chicas con problemas de marginación para alejarlas de las calles y, al mismo tiempo, luchar contra el machismo reinante en el mundo del fútbol.
El fútbol femenino en Argentina tiene aún mucho camino por recorrer, sobretodo en cuanto a la profesionalización de las jugadores. En 2014 se proclamaron campeonas, ganado la medalla de oro, en los Juegos Odesur en Chile, pero la repercusión fue nula.
Habrá que esperar todavía varios años para ver si el trabajo de Evelina Cabrera da sus frutos y consigue elevar el fútbol argentino al nivel de otras federaciones, sobre todo europeas, como la española o la francesa.