Quizá su nombre actual no suene de nada a muchos, pero el que tuvo durante gran parte del Siglo XX la hizo mundialmente famosa: Stalingrado. La ciudad en la que el curso de la Segunda Guerra Mundial cambió será una de las once sedes de Rusia 2018.
Fundada en el S. XVI con el nombre de Tsaritsyn (un riachuelo de los muchos que desaguan en el gran Volga), la ciudad se extendió hasta orillas de la gran vía fluvial de la zona, de la que tomó su nombre. Es la tradicional puerta a los campos de petróleo del Cáucaso, de ahí su importancia geoestratégica,
Entre los años 1925 y 1961 fue rebautizada como Stalingrado, 'Ciudad de Stalin', en honor al entonces máximo gobernante de la URSS, Iosif Stalin, quien dirigió al Ejército Rojo en su conquista durante la Guerra Civil Rusa que siguió a la Revolución.
Tras su fallecimiento en marzo de 1953, sus sucesores llevaron a cabo una voraz política de 'desestalinización', lo que llevó a, entre otras cosas, devolver a Volgogrado su nombre prerrevolucionario.
Eso sí, durante nueve días del mes de febrero de 2013, Volgogrado volvió a llamarse Stalingrado, en conmemoración a la finalización de la famosa batalla que tuvo lugar en la localidad setenta años antes.
En lo futbolístico, Volgogrado no es tan famosa. Tiene un equipo en lo que sería Segunda, el Rotor, y otro en Tercera, el Olimpia. Ambos compartían el Estadio Central de Volgogrado, un estadio polideportivo clásico.
Pero fue demolido en 2014 para dar paso al Volgogrado Arena, el flamante estadio levantado en la localidad con motivo del Mundial de 2018. Se trata de una gigantesca obra de tubos de acero entrelazados entre sí, una especie de nido de pájaro o rueda de bicicleta gigante.
Los colores que lo decoran son el blanco y el azul, los colores clásicos del Rotor, que también decoraban las gradas del extinto Estadio Central.
Tiene una capacidad pra 45.500 espectadores, que presenciarán cuatro partidos de la fase de grupos.