Leire Landa cuelga las botas forzada por las lesiones
La que era hasta ahora jugadora del FC Barcelona ha anunciado en un emotivo comunicado su decisión de colgar las botas. Las lesiones no le han dejado otra opción.
"Hoy me despido del fútbol, de la manera más cruel, sí, así es, pero toca". De esta manera tan dura anunciaba Leire Landa su decisión de abandonar la práctica del fútbol. Con tan solo 30 años, la jugadora nacida en Irún, hizo oficial su adiós al mundo del fútbol a través de las redes sociales, después de pasar casi un año lastrada por las lesiones.
La jugadora vasca, que cuando era niña superó un cáncer, y que lució el número tres con la camiseta de la Selección, tuvo palabras de agradecimiento para los clubes en los que ha militado durante su carrera deportiva: "Acaba mi camino agradecida a toda la gente que ha hecho posible que esta aventura haya sido maravillosa. Al Oiartzun, a la Real Sociedad, al Atlético de Madrid, al Athletic Club, al FC Barcelona, a la Federación Guipuzcoana, a la de Euskadi y a la Real Federación Española de Fútbol".
Llegó al Barcelona en 2014 procedente del Athletic Club, y ese mismo año se proclamó campeona de Liga con el equipo blaugrana. Pero desde entonces ha sufrido una auténtica pesadilla con las lesiones. Poco después de llegar a Barcelona, sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha de la que tuvo que ser intervenida.
El pasado mes de marzo, y siendo una de las piezas claves del equipo, se rompió la plastia del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y fue intervenida con éxito, pero su recuperación no ha sido la esperada.
Leire siempre ha sido una luchadora. Hace unos años, en una entrevista de radio, recordaba como su pasión siempre fue el fútbol y como superó uno de los capítulos más complicados de su vida. "Siempre me he rodeado de balones de fútbol. Con muñecas jugué poco. Y eso que en mi familia no hay nadie futbolero". "Antes se jugaba mucho en el barrio con los amigos. Jugaba con mis amigos en un equipo de chicos. He tenido mala leche siempre, me sabía defender".
El momento crucial de su infancia llegó de una manera dura y tajante a su vida: "Tenía 8 años y llevaba un mes con dolores de espalda. Mis padres me llevaron al traumatólogo, pero no me vio nada. Hasta que un día mi padre me encontró un bulto bastante grande en el cuello, que resultó ser un tumor cancerígeno que se estaba extendiendo bastante rápido".
Leire explicó en la misma entrevista de radio que, tras la operación, nunca se separaba de su gorra, que escondía hacia los demás un secreto que guardaba con mucho anhelo: "Me quedé sin pelo. Un día estaba con mi padre viendo el fútbol y vi a De la Peña debutar con el 23 en el Barça. Iba totalmente rapado".
"Entonces pensé, si él es calvo y juega en Primera, yo tambén", comentó Leire.