Leodufeu, la extraña pareja

Enrique Salvatierra hace 6 años 5.6k
Messi y Deulofeu protagonizaron tres de los cinco goles del Barça. AFP

El Gamper sirvió para que ambos jugadores volvieran a jugar juntos. Se entendieron bien y, a falta de fichajes, amenazan con conformar una interesante sociedad esta temporada.

La marcha de Neymar dejó una especie de vacío en el Barça que ahora toca rellenar. Las arcas sí las dejó llenas, pero el equipo perdió la magia y la alegría que aportaba el brasileño. La imprevisibilidad de los genios, la decisión de los que creen en imposibles como el del 6-1 ante el PSG.

Coutinho, Dembélé, Dybala... el Barça rebusca en Europa para encontrar algo que se asemeje a lo perdido. Y como sin querer, se topó en el Gamper con Deulofeu. No sólo se trata de encontrar a un jugador capaz de ofrecer algo parecido a lo que aportaba Neymar, se trata de encontrar otro compañero ideal para Messi y Suárez, pero sobre todo para Messi.

Deulofeu nunca estuvo centrado en el Barcelona. Se le recompró por su explosión y por no perder una oportunidad que se pudiera lamentar más tarde. El ejemplo de lo que ha hecho el Madrid con Morata ayudó a tomar la decisión de repescarle.

Hasta este verano, el ego del canterano extendía cheques que no podía pagar. Las comparaciones con Messi omnubilaron unas condiciones tremendas para jugar al fútbol. El individualismo le fue sacando de la rueda, pero logró cambiar el chip a tiempo. Milán le recondujo y el Barcelona le dio otra oportunidad.

En el Gamper debutó como titular y nadie se acordó de Neymar. Conectó con Messi, le regaló los focos al argentino y disfrutó ayudando al equipo, sin necesidad de ser la estrella que muchos le aventuraban. Todo llega...

Y mientras el Barça sufre por cada euro que le suben por Coutinho o Dembélé, Deulofeu le regaló al club oxígeno en las negociaciones. Demostró que no hay tal necesidad, que puede construir una sociedad temible con Messi y lo mejor de todo, que el argentino sabe disfrutar con él.

Leodufeu, la extraña pareja, ha nacido para quedarse. Una sociedad con la que nadie contaba y que ya ilusiona al barcelonismo. Apenas 45 minutos bastaron para ello.

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