Según el diario 'AS', Robert Lewandowski y Xavi Hernández sí que hablaron del posible fichaje del polaco por el Barcelona en su encuentro en Ibiza. El delantero le dijo al entrenador: "Tengo ya muchas ganas de entrenar contigo". No es de extrañar, pues ya ha hablado abiertamente de su deseo de firmar con el conjunto de la Ciudad Condal.
Que Lewandowski quiere dejar el Bayern de Múnich para jugar en el Barcelona no es ningún secreto. Él mismo lo ha reconocido abiertamente, pero, esta semana, coincidió con el que puede ser su próximo entrenador, Xavi Hernández, y también se lo transmitió personalmente a él. El diario 'AS' publica una frase clave de su breve charla.
"Tengo ya muchas ganas de entrenar contigo", afirmó, simpre a tenor de la fuente mencionada en el anterior párrafo. No sería de extrañar teniendo en cuenta lo sincero que se ha mostrado el punta desde el inicio de este lío, que le tiene enfrentado con una directiva bávara que no hará nada fácil su salida rumbo a España.
La clave está en el aspecto económico. Joan Laporta, presidente 'culé', tiene que terminar de ganar cierto margen presupuestario para desbloquear su aterrizaje en el Camp Nou. Con Kessié y Christensen ya confirmados, parece que el máximo mandatario ha conseguido mejorar, y no poco, la situación, pues incluso sopesa no vender el 49,9% de 'BLM', sino el 25% como mucho.
Que Lewandowski y Xavi hablaran distendidamente pudo ayudar al técnico a hacerse una idea más clara de lo decidido que está el futbolista a estar a sus órdenes. No sería la primera vez que su intervención ayudara a cerrar una incorporación y, en este caso, puede tratarse del nuevo referente del gol en el Barcelona.
En una conversación telefónica entre Robert Lewandowski y Joan Laporta que sacó a la luz 'Sport', el polaco le pidió al presidente que cerrara su fichaje antes del 12 de julio para no tener que empezar la pretemporada con el Bayern. Quedan menos de dos semanas y, en principio, todo parece marchar bien para que el máximo mandatario consiga que su oferta tome forma.
En caso de que haya que esperar más de lo normal, el delantero está dispuesto a 'rebelarse' contra su club y no presentarse a entrenar, aunque este movimiento se presenta arriesgado. Al fin y al cabo, tiene contrato hasta 2023 y se daría una situación espinosa con un equipo en el que lo ha dado todo desde hace años.