Lezama, cuna de grandes guardametas

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Los porteros, importantísimos en el Athletic. EFE

El 'Día del portero' vuelve a sentirse fuerte en Bilbao, donde Lezama se ha convertido en una cuna de grandes guardametas de la Liga.

En un día elegido por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para reivindicar la figura del portero cobra enorme protagonismo la importancia, la trascendencia incluso, que a lo largo de su centenaria historia ha dado el Athletic Club a una figura que en Bilbao son palabras mayores.

Por sus ya 122 años de vida, por el impacto que siempre ha tenido desde que el fútbol se llegase a la capital vizcaína procedente de Inglaterra y por su exitosa primera mitad del pasado siglo, los albores del también llamado balompié, el Athletic es un club de leyendas. Y entre ellas destacan sobremanera las de los guardametas.

El equipo bilbaíno ha tenido grandes jugadores en todas las posiciones, pero especialmente de míticos arietes, extremos izquierda y porteros. Sobre todos porteros, entre los que destaca su mayor gloria: José Ángel Iribar.

Cómo sería el idolatrado 'Chopo' que, aún en una época de las de menor protagonismo del Athletic, era considerado el mejor, sin discusión. No se conoce a muchos que le haya visto bajo palos que no tengan esa consideración. Si es que hay alguno.

Pero la portería de San Mamés ha sido más que Iribar, mucho más. Lo prueba el hecho de que el club rojiblanco haya solventado prácticamente la mitad de su historia, seis décadas, con cinco porteros.

Gregorio Blasco fue una estrella la década anterior a la Guerra Civil, Raimundo Pérez Lezama emergió tras ella hasta Carmelo Cedrún, al que arrebató el puesto un Iribar que fue quien dio el visto bueno a Andoni Zubizarreta. Prácticamente 60 años con cinco porteros, que hubiesen podido ser 70 si Zubi no hubiese tenido que fichar obligado por el FC Barcelona -según su propia confesión- ante la dificultades económicas por las que pasaba la tesorería del Palacio de Ibaigane.

Vicente Biurrun, Juanjo Valencia, el prometedor Dani Aranzubia e Iñaki Lafuente, entre otros, se encargaron de la transición del Siglo XX al Siglo XXI siempre esperando un 'nuevo Iribar' que tampoco fue Gorka Iraizoz a pesar de su década de poco discutida titularidad.

Y apareció en nuevo Iribar en la estampa de Kepa Arrizabalaga (1994), pero al titular de la Selección Española con Robert Moreno se le quedaba pequeño el club su tierra y, tras no poder hacerlo al Real Madrid, se fue al Chelsea siendo todavía una promesa. Eso sí, dejando 80 millones de euros en las arcas de Ibaigane. Significativo que el portero más caro de la historia del fútbol mundial haya salido del Athletic.

Fue un mazazo esa marcha para la afición rojiblanca, quizás el ataque más claro a la singular filosofía de jugar con futbolistas de la tierra del equipo bilbaíno que haya habido nunca.

Pero, por suerte, le cogió esa ausencia al Athletic más pertrechado que nunca bajo palos, ya que Lezama produce como nunca guardametas de entidad.

Iago Herrerín (1988) es de los porteros que quizás más haya merecido la titularidad en el Athletic sin acabar de serlo porque siguen apareciendo nombres que se lo impiden. El primero fue Iraizoz, el segundo Kepa y el tercero es Unai Simón (1997).

Ante la marcha de Kepa, el Athletic quiso apostar por Álex Remiro (1995), pero el navarro firmó por la Real Sociedad ante su casi seguro ostracismo con el de Ondarroa bajo palos.

Por ello, tuvo que repescar a Unai Simón, como los anteriores internacional en categorías inferiores. Y el meta alavés, ayudado por una lesión de Herrerín, está respondiendo al envite con actuaciones más que destacadas y paradas impresionantes.

Para los anales de esta temporada quedará el mano a mano que le ganó a Leo Messi en San Mamés solo unos minutos antes de que, en el añadido, Iñaki Williams eliminase al Barça en cuartos de final de la Copa del Rey. Una Copa cuya final ante la Real, a pesar de su aplazamiento a la próxima temporada por la pandemia de COVID-19, tienen cada día presente el Athletic y sus aficionados.

Precisamente tras una final de Copa, la de 1966, curiosamente perdida ante el Zaragoza (2-0), fue cuando quedó sancionado que "Iribar, Iribar, Iribar es cojon*do y como Iribar no hay ninguno".

Cierto lo que cantaban los aficionados del Athletic mientras el 'Chopo' abandonaba a hombros el campo atónito tras la derrota. Como también lo es que la portería de San Mamés casi siempre la ha guardado un meta de entidad. La historia está llena de nombres. Porque los porteros en Bilbao siempre han sido palabras mayores.

Un meta sobrio y que casó como un guante en un club que si algo pide es entrega e identificación. Y él la demostró desoyendo ofertas como la que le hizo el Madrid: "Le dije al presi: 'Ni lo muevas, yo estoy fenomenal aquí y me gustaría terminar aquí. Creí que lo sabías", relataba Iribar en una entrevista a EFE con motivo de su 75 cumpleaños.

No fue la única oferta orillada por el internacional de Zarautz, que antes de firmar por el equipo bilbaíno desoyó otras de Valencia, Atlético de Madrid y Barcelona: "Yo quería jugar en el Athletic". Y lo hizo "hasta los 37 años".

Pero Iribar no es sino consecuencia de la estirpe de grandes porteros del Athletic, que completó seis décadas con apenas cinco metas, todos internacionales: Gregorio Blasco (1927-1936), Raimundo Pérez Lezama (1941-1951), Carmelo Cedrún (1951-1963), Iribar (1963-1980) y Andoni Zubizarreta (1981-1986).

A esta lista esperaba la afición bilbaína que se sumase Kepa Arrizabalaga (1994), quizás el mayor exponente de la prodigiosa generación de los 90 criada en Lezama, que tiene en el de Ondarroa el portero más caro de la historia del fútbol con los 80 millones de euros que pagó el Chelsea.

Un 'nuevo Iribar' que ahora San Mamés sueña que sea Unai Simón (1997), el último de un terceto de metas de gran proyección salido últimamente de la cantera bilbaína que completa Alex Remiro (1995), ahora en la Real Sociedad. Un poco antes salió Aitor Fernández (1991), revelación de esta temporada en el Levante

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