Lluvia de goles en Anoeta
El Eibar no ha sido rival para la Real Sociedad esta tarde. Los de Mendilibar evidenciaron en Anoeta los graves problemas que tienen al Eibar en el alambre desde que empezó la temporada.
Doce minutos tardó la Real en hacer añicos los planes de José Luis Mendilibar. Los que necesitó Willian José para saltar más que nadie y rematar al fondo de las mallas un centro preciso de Odriozola.
El Eibar, necesitado de puntos como pocos, tuvo que ponerse a remar contracorriente casi desde el primer minuto. Y la Real, encantada con el panorama.
El cuadro visitante comenzó bien el partido, sin embargo, tratando de sorprender a Rulli aprovechándose de la lluvia, siempre incómoda para los porteros.
Ese tanto de Willian José fue demoledor. El Eibar se vino abajo y la Real pasó a dominar a placer el partido. Sólo Inui intentaba algo, pero el samurai pasó a ser un ronin, un guerrero solitario, sin nadie que le acompañase, y eso le minó la moral.
El colmo llegó mediada la primera parte. Lombán intentó ceder un balón a Dmitrovic peinándolo desde tres cuartos de cancha, Januzaj estuvo atento y se aprovechó del error, pero falló a la hora de definir a puerta vacía.
Dribló a Dmitrovic, se la quiso acomodar para su pierna buena y se quedó sin ángulo. Se desquitó poco después, anotando el segundo de la Real, y el primero en su cuenta particular.
Otro error defensivo, éste a la hora de salir del área, permitió que Xabi Prieto recogiese un balón filtrado, le diese el pase de la muerte al belga y éste, en dos tiempos, batiese a Dmitrovic. Porque el portero del Eibar paró todo lo parable y evitó que lo de hoy fuese un resultado sonrojante.
Con el 2-0 el Eibar comenzó a pedir la hora. Necesitaba el conjunto visitante el descanso como nadie. Tocaba aclarar ideas, reordenar al equipo. Cabizbajos se fueron al vestuario, firmes volvieron de éste.
Pero, otra vez, todo quedó arruinado de golpe. Esta vez la Real sólo necesitó unos segundos para sentenciar del todo al Eibar. Otro error a la hora de cubrir a los rivales permitió que se filtrase un pase a Oyarzabal y éste batió a Dmitrovic en el mano a mano.
Mendilibar realizó un par de cambios para modificar de golpe su esquema. Abandonó la defensa de cinco y la doble punta, y pobló el centro del campo. Eso le mejoró la cara al Eibar, pero no fue suficiente.
Ni tras el gol de Joan Jordán, un bello gol desde dentro del área, precedido de un complicado control de espaldas a la portería, espoleó al conjunto 'armero'.
Pasaron los minutos, la lluvia cesó, por fin, y la Real sumó otros tres puntos en un derbi guipuzcoano con un claro dominador.