Atlético y Juventus empataron a dos en un entretenido estreno de ambos en la Champions League. Los visitantes se pusieron 0-2 en la segunda parte, pero el Atleti no perdió la fe y logró igualar la contienda en la recta final.
Los focos se equivocaron. Estos apuntaban antes del partido a Joao Félix y Cristiano, principalmente. Diego Costa, Koke, Pjanic o Chiellini-Bonucci también se llevaban algún halo de luz. Pero en la foto, esta vez, no salieron los de siempre.
Los 'guapos' lo intentaron. Cristiano empujó a los suyos cuando peor estaban. Porque la Juve, en la primera parte, fue dominada por el Atlético. Sin grandes ocasiones, pero dominada. El luso pudo acabar con la igualdad en la última jugada del partido, pero su jugadón se quedó sin premio.
Joao Félix también dejó alguna pincelada de su calidad, especialmente representada en una de esas carreras eternas que le llevó a rozar el primer tanto a los once minutos de partido.
Diego Costa apenas apareció; Koke anduvo algo acelerado; Pjanic no pasó de aprobar por su trabajo en la medular; y sólo la pareja de centrales de la Juve, que ahuyentó casi todo el numeroso peligro aéreo de los locales, fueron tan claves como se esperaba.
En lo sustancialmente importante, los populares de la clase, esta vez, fueron otros. Uno de ellos fue Cuadrado. El tanto del colombiano, que no había estado a su mejor nivel en los últimos tiempos (estuvo lesionado), clavó un golazo que desniveló la balanza en la segunda mitad. Con la zurda, el atacante mandó el balón a la escuadra en una recompensa quizá excesiva hasta ese momento.
Y es que el Atlético se pasó todo el primer tiempo colgando balones sin demasiado sentido. Sobre todo porque en ningún momento hubo señales de debilidad ahí en su rival. Todo lo contrario. Una señal que aclara el tipo de ataque de los rojiblancos está en el jugador que más ocasiones tuvo: Giménez, con hasta tres remates. Y sólo Joao Félix, con dos buenas acciones, respondió a la etiqueta de 'atacante'.
Si la labor defensiva 'bianconera' fue de diploma, la ofensiva apenas brilló en los primeros 45 minutos. Dos intentos de Cristiano y algún disparo lejano fue todo el trabajo al que se tuvo que enfrentar Oblak.
La segunda parte quiso borrar todo lo hecho anteriormente. Para lo bueno y para lo malo, Atleti y Juve 'pasaron limpios' y comprobaron que sería otra historia la que rodease al partido desde el 46' en adelante.
No tardaron mucho en darse cuenta. El 0-1 llegó a los 48' de encuentro. Y eso que la jugada parecía no entrañar demasiado peligro. Higuaín, otro de los que no contaban para la foto de lujo, recibió una pedrada que persiguió como un niño persigue a su globo perdido. Pero el 'Pipa' llegó.
El balonazo se convirtió en una acción de peligro. Este aumentó cuando Higuaín pausó la bola y cedió a Cuadrado, que aparecía por el otro costado. Thomas no pudo o no supo cortar un pase que pasó cerca de su ubicación y el colombiano no perdonó. Cuadrado la colocó en su zurda y dejó a Oblak mirando una película que acabó en la red previo paso por la escuadra.
El Atleti dio un paso adelante, casi calcando al del primer tiempo. Costa seguía anulado, ya que la combinación y los ataques por el centro apenas fueron una opción para el Atleti. De hecho, Giménez volvió a tener una ocasión, la más clara, al mandar al limbo una de las pocas acciones de toque y precisión de los 'colchoneros'.
El error fue la previa del 0-2. A los 65 minutos, Cristiano inició el ataque, cedió en banda para Danilo y el lateral asistió a Matuidi para que este batiese a Oblak de cabeza. Mazazo con casi media hora por delante.
Pocos se imaginaban entonces que, a los 49 minutos que duró la segunda parte, el marcador luciría un 2-2. Tan divertido como justo y sorprendente. Tres ingredientes que no siempre se dan sobre el césped.
Simeone movió el banquillo y metió a Herrera, que acabaría siendo clave. El mexicano no había jugado ni un solo minuto oficial con la rojiblanca, pero estuvo muy activo desde el principio. Provocó un par de saques de esquina y removió el ataque de los suyos.
A los 70 minutos, Savic llevó la esperanza a la grada del Metropolitano. De nuevo Giménez, con más trabajo como atacante que en su área, remató una bola que, esta vez, dirigió al corazón del área chica. Allí llegó el balcánico para remachar y reactivar al Metropolitano.
Pero no crean que el guion cambió. Ni con el 0-2 ni con el 1-2. El Atleti siguió con más balón y llegada, pero con una claridad similar: muy escasa. Pero en una de las granadas del bombardeo final, llegó el premio.
Herrera entró con todo y mandó al fondo de la red un córner que él mismo provocó. Szczesny, que estuvo seguro y fiable en lo que pudo, no llegó pese a la estirada y Simeone, mirando a la grada, celebró un empate que lo cambia todo.
Esta vez, la foto fue para los extras. Los que apenas se llevan minutos de radio o líneas en la prensa. Y es que no siempre pueden salir los mismos en las mejores fotos.