Luces, claqueta, River Plate
En el primer día del Monumental tras derrotar nuevamente a Boca, un River más tosco al principio pero más dinámico en la segunda mitad ganó 2-1 a Colón, peleón pero al que perjudicaron las decisiones arbitrales.
Núñez encendió las luces de nuevo en un día especial para la afición 'millonaria'. El peregrinaje camino al estadio escondía sonrisas, animaba cánticos y alejaba mentalmente a los aficionados de sus problemas.
El fin de semana pasado no hubo fútbol en Argentina, centrada en celebrar unas elecciones generales esenciales en el desarrollo de la nación. Todo a su debido momento.
Ya en martes, el Monumental abría de nuevo sus puertas tras las semifinales de Copa Libertadores, una competición que no para de dar alegrías a los chicos del 'Muñeco'. Una excusa para ser feliz, donde radica la esencia de este deporte.
Tras confirmar que el 'Millonario' jugará por tercera vez por la corona continenal bajo la 'era Gallardo', tocaba recibir a otro honorable finalista.
Colón jugará ante Independiente del Valle la posibilidad de alzarse con la CONMEBOL Sudamericana, escenario por el que Pablo Lavallén decidió dejar en casa a un Luis Rodríguez muy mimado estos días.
Y así, sin la 'Pulga' en un bando y sin Quintero en el otro, el fútbol, sobre todo en la primera mitad, echó de menos la presencia del '10'.
Sin creatividad, menos chispa de la habitual, pero a base de empuje e intensidad -esto también cuenta-, el 'Millonario' logró hacerse con el control del juego en el primer tramo del encuentro, dándole la vuelta a un inicio atrevido del 'Sabalero'.
Pero pecó de falta de profundidad, vértigo al área: tocaba y llegaba fácil a la media luna, pero toda idea se nublaba a la espera de un último pase, desmarque, disparo...
Matías Suárez pudo adelantar a River tras un gran aval de Casco, y luego el propio '20' provocó un claro penalti sobre Morelo que el colegiado no vio.
Esa jugada condenó a Colón, que arrancó la segunda mitad todavía cinco metros más atrás. De nuevo Suárez, muy protagonista aunque en dudosa posición legal, se inventó una bonita jugada para regarle el gol a De la Cruz, que definió acorde a su calidad.
Lavallén reaccióno entonces desde el banquillo, pero Gallardo tuvo un detalle con su gente. Sacó a Quintero y el colombiano cambió el destino del choque con un zurdazo.
Tuya-mía con Nacho Fernández, zapatazo lejano, rechace de Burián y gol de pillo de Borré. El 2-0 ya era una losa demasiado pesada para el 'Sabalero', pero amenazó con derribarla.
Un gol en propia de Martínez Quarta a diez minutos del final abrió el partido, nada más lejos de la realidad. Quintero tomó -de nuevo- las riendas de la pelota y dejó el 2-1 en un simulacro.
Estos chicos no se aburren de celebrar. Tres puntos importantes que, aunque con la mente en Santiago, colocan a River en la cima de la Superliga a expensas de la visita de Boca a Lanús.