Manual de ruleta rusa en Gran Canaria

Enrique Salvatierra hace 6 años 4.5k
El Espanyol dilapidó un 0-2 ante Las Palmas. EFE

El Espanyol tiró un partido que tenía resuelto y acabó salvando un punto en el descuento gracias a un penalti parado por Pau López. Las Palmas creyó y encontró agua en medio del desierto. Rayito de luz para seguir creyendo en la salvación.

Cuando la necesidad aprieta, hay que jugársela. Apostó Quique por meter más velocidad y pegada en ataque para aprovechar las imprecisiones que genera la idea de juego del conjunto canario, obsesionado con sacar el balón jugado desde atrás. Dos errores permitieron al Espanyol marcharse con ventaja al descanso y juguetear con el marcador hasta el pitido final.

El doblete de Gerard Moreno fue calcado. Sendos errores, aprovechados por Baptistao y Sergio García, que pusieron en bandeja la celebración al ariete espanyolista, que sigue entre los mejores goleadores nacionales de la Liga. Tuvo el triplete antes del descanso, pero pecó de ansioso el futbolista 'perico', que tuvo todo el tiempo del mundo para decidir.

Las Palmas se fue entre pitos y abucheos de su gente, y volvió sin nada que perder. Porque es colista y el partido estaba en el alambre. Adelantó líneas, arriesgó más y le salió bien. En parte, porque el Espanyol cambió la valentía del primer acto por el temor del que tiene algo y no quiere que se lo quiten. Y fue justo lo que pasó.

Se tiró el equipo de Paquito al desierto sin cantimplora, y encontró agua cuando ya boqueaba. Entró Hernán Toledo y cambió todo. Rompió línas con desborde y desnudó al Espanyol por su costado izquierdo, el más débil. Primero asistió a Remy para meterle el miedo en el cuerpo al rival, y después gestionó la moral de los suyos con varias buenas jugadas que hicieron creer en la remontada.

Viera se encontró una bala en la recámara... y la desperdició

Como el tema trataba de fe, apareció Calleri para dar vida y avistar el oásis soñado. Testarazo a la escuadra y vida extra para un equipo que media hora antes era un desastre. Las vueltas de este loco deporte llamado fútbol. El miedo a ganar pesa y a este Espanyol que lleva tiempo sin hacerlo le pesó demasiado. Cambió Quique la velocidad de las contras por la contención y los somníferos en el centro del campo.

Pero no es Las Palmas un equipo que se duerma fácilmente. Apostó por romper el partido y encontró una bala extra en la recámara de esa ruleta rusa en la que se convirtió el choque. Penalti absurdo de Jurado sobre Viera y oportunidad para que el capitán reanimara al colista.

Dudó, eligió lado y se topó con Pau López, que rescató un punto que muchos ya daban por perdido. El empate no sirve a ninguno, pero el partido es de esos que deja muy tocado al Espanyo e insufla más vida de la esperada a Las Palmas, que cree en la salvación un poco más que ayer.

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