Nunca sabes lo que va a deparar el fútbol. Siempre sorprende. A Gignac la fortuna le dio la espalda claramente en el duelo entre Tigres y Santos Laguna, que será recordado para mal por el futbolista francés.
Eran los últimos minutos del partido cuando Félix Torres despejó un balón que Gignac trató de esquivar girando la cabeza, pero fue a peor, pues le dio en la nuca y, según la prensa mexicana, le provocó una lesión de segundo grado en las cervicales.
La preocupación en el estadio fue evidente e instantánea. Gignac cayó al suelo y trató de reincorporarse tras la ayuda de la asistencia médica, pero el golpe le hizo tener arcadas y ganas de vomitar, se desvaneció y fue sustituido.
Rápidamente, fue trasladado al hospital para que fuera objeto de unos "estudios por precaución", tal y como confirmó el entrenador de Tigres, Diego Cocca, tras el encuentro, que acabó con 1-1 en el marcador.
"Se fue a realizar estudios por precaución, sobre todo porque fue un balonazo. Como que sentía ganas de vomitar en el banco y nos preocupó a todos, pero son síntomas normales. El doctor tiene muchas expectativas de que no sea nada y quede en un susto", explicó.