Millonarios se enfrentó de nuevo a Atlético Nacional en una reedición de la final del Apertura de Colombia y se llevó la victoria por la mínima con un golazo de Leo Castro. El atacante de los que actuaron como locales en el estadio del Inter Miami obró el triunfo con un golazo de vaselina sensacional. Pilló adelantado al portero contrario y refrendó la figura de equipo superior de los suyos.
Por si no fue suficiente amargor para los aficionados de Atlético Nacional perder la final del Apertura a finales de junio contra Millonarios, la caída se repitió este fin de semana. Los equipos que alcanzaron el partido definitivo por el título hace tan solo un par de semanas se vieron las caras de nuevo, pero en un amistoso en Miami que tuvo lugar en Fort Lauderdale, es decir, el hogar del Inter Miami, donde esperan a Leo Messi.
De hecho, en los prolegómenos del evento, se pudo ver a decenas de aficionados rascarse la cabeza observando el césped, que se encharcó por las inclemencias del tiempo. Afortunadamente para los espectadores y las plantillas, el campo estuvo en condiciones suficientemente buenas para recibir las botas, que regalaron una cita entretenida, aunque, por motivos evidentes, no tan tensa como la que se vivió el 25 de junio.
Leo Castro se encargó de decantar la balanza en favor de los de Bogotá con un golazo de vaselina justo antes del descanso. Desde tres cuartos de campo, detectó que Kevin Mier estaba adelantado a su posición -tenía la intención de cerrar sus opciones de marcar ocupando más espacio- y le superó con un golpeo suave y picado. El cancerbero se lanzó hacia arriba y atrás alargando las manos para despejar, pero no sirvió de nada.
Los hinchas de Millonarios quedaron encantados con este triunfo, que refrendó la figura de equipo imbatible que lleva haciendo sonreír a los futbolistas y sus fieles desde la conquista del título. Además, se está generando la sensación de que Atlético Nacional, a pesar de ser otro de los conjuntos más laureados de la historia futbolística del país, no está siendo capaz de imponerse últimamente en su cara a cara particular.