Luis Muriel dejó una asistencia de muchos quilates en el encuentro ante el Bologna. El delantero colombiano le dio el balón del 1-0 a Malinovsky de tacón y sin mirar.
Corría el minuto 22 de la primera parte cuando Muriel decidió destapar el tarro de las esencias. De la calidad, en su caso. Y es que el colombiano atrajo hasta a cuatro rivales para acabar asistiendo a Malinovskiy en el 1-0.
Y lo hizo con un taconazo que pocos se explican aún. El delantero recibió en la frontal y, enseguida, sintió la presión de hasta cuatro jugadores del Bologna. Dos le encimaban por delante y otros dos, por la frontal del área.
Muriel pisó la pelota y, aunque no levantó la cabeza, intuyó que, a su espalda, habría un compañero. Allí llegó Malinovskiy, que recibió la bola de un precioso taconazo del 'cafetero'. Como si este tuviese ojos en la nuca.
No tuvo más que recibir el regalo y mandarlo al fondo de la red para hacer subir el 1-0 al luminoso. Y por si fuese poco, el propio Muriel firmó el 2-0 de penalti justo antes del descanso para encarrilar aún más el triunfo.