No hay piedad para los novatos
El Nápoles pasó por encima de un Niza que no dio señales de ser el equipo que plantó cara en Francia a Mónaco y PSG.
El Niza puede irse satisfecho de San Paolo. Y decir eso tras perder 2-0 suena duro, pero es que los franceses pudieron llevarse una goleada interesante y llegar a casa con la eliminatoria resuelta.
Sin sus dos estrellas y poco de la columna vertebral del año pasado, se estrelló de bruces contra un Nápoles que vive la situación contraria. Mantiene su equipo tipo desde hace unos años y siguen creciendo de la mano de Sarri.
Tras unos minutos iniciales atrevidos del Niza, los italianos se hicieron con el mando del partido y fueron avasallando a Cardinale, que si bien falló a las primeras de cambio en el gol de Mertens, ese pequeñin que sigue enamorando a Europa, salvó a su equipo de una goleada escandalosa al descanso.
La primera mitad fue un homenaje del Nápoles a su afición que vibró a pesar de la escasez que se reflejaba en el marcador. La segunda mantuvo el guión, pero el Nápoles no estaba acertado. Y el Niza sobrevivió, hasta con nueve.
Koziello, de lo más decente junto a Saint Maximin, se fue a la caseta de la mano de Plea. En un minuto, el Niza se quedaba sin dos hombres con casi un cuarto de hora por delante. Antes, Jorginho había aprovechado un penalti dudoso por ser fuera del área.
Pero el Nápoles no fue el de aquellas tardes de la Serie A en la que su tridente hacía estragos. Les faltó puntería y pese al 2-0, acabaron con el gusanillo de no haber rematado a un rival tan inferior como entregado.
Ganaron los dos, porque el Nápoles se ve el en el bombo y el Niza, vivo para la vuelta. Allí se encomiendan a Balotelli, pero este Nápoles huele a Champions...