El Real Betis y el Manchester United anunciaron un acuerdo para la cesión de Antony al club español por lo que resta de temporada. No hay opción de compra en su consenso, que se cierra para granjearle oportunidades a un futbolista que costó 95 millones de euros a las arcas de Old Trafford y que sigue sin terminar de explotar. En Heliópolis, aumentará la colonia brasileña en Sevilla junto a Vitor Roque y Natan.
El Real Betis ha sufrido un bajón que lo ha llevado a situarse incluso por debajo de su eterno rival, el Sevilla, en la clasificación de la Liga después de ser eliminado por el Huesca en la Copa del Rey. Europa tampoco termina de sonreír al equipo de Manuel Pellegrini, que se ha esforzado para acceder a las eliminatorias previas a los octavos de final y que debe dejar fuera al KAA Gent para acceder a dicha fase de la Conference League.
Bajo este contexto, un impulso a la temporada era necesario en el mercado de fichajes invernal y la dirección deportiva lo ha ilustrado con la incorporación de Antony procedente del Manchester United. Old Trafford permite su marcha porque no era una figura importante a criterio de Rúben Amorim, sucesor de Erik ten Hag en el banquillo del 'Teatro de los Sueños'. Aun así, no hay opción de compra en su cesión.
El brasileño aumentará la colonia de su país en Heliópolis, donde coincidirá con Vitor Roque, a préstamo desde el Barcelona, y Natan, temporalmente en España con la venia del Nápoles. Es bastante probable que el ex de Athletico Paranaense haya ayudado a los despachos del Benito Villamarín en las negociaciones para covencer al otrora jugador de São Paulo de que este es el destino ideal para reivindicarse.
Desde su aterrizaje en la Premier League, cerrado en agosto de 2022 por 95 millones de euros, nunca ha justificado semejante inversión, si bien la numerología de la misma no es responsabilidad suya. Llegaba tras dos temporadas brillantes en Países Bajos, donde, defendiendo el escudo del Ajax, había anotado 24 goles y dado 21 asistencias en una bolsa de 84 partidos, solo 8 de ellos como revulsivo.
En Inglaterra, trabajó bajo las órdenes de Erik ten Hag y se vio víctima del declive general de la plantilla. Cuando el neerlandés fue cesado y Ruud van Nistelrooy tomó su relevo como interino, no saltó al campo en ninguna ocasión. El desembarco de Rúben Amorim desde el Sporting CP terminó de extinguir su deseo de continuar seis meses más en un rol secundario que también indigna a Marcus Rashford.